¿Estamos preparados para el reto del 2020?

El mundo en menos de cinco años alcanzará un billón de personas adultas mayores.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

El crecimiento demográfico de personas adultas mayores, aunado a que nuestra esperanza de vida al nacer es la más alta de la región latinoamericana, nos permiten evidenciar la necesidad de prepararnos con toda seriedad para asumir los retos a corto plazo.

El mundo en menos de cinco años alcanzará un billón de personas adultas mayores.

Costa Rica debe iniciar, con la fuerza de esta realidad, la planificación urgente y puesta en marcha de una red de atención integral para los mayores en todo el sistema hospitalario nacional, así como la edificación de un hospital especializado en geriatría y gerontología, con un abordaje moderno, no convencional, con una atención dinámica y oportuna, con proyección a la comunidad y una visión que nos proyecte a los próximos años.

El Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología ocupa las instalaciones del antiguo hospital antituberculosos Dr. Raúl Blanco Cervantes que, ciertamente, no reúne las condiciones adecuadas para tratar óptimamente a las personas adultas mayores, puesto que la infraestructura fue diseñada para otro propósito y en un momento histórico en el que no existían regulaciones en relación con la necesidad de eliminar las barreras arquitectónicas.

Los pacientes adultos mayores (60 a 109 años) que son atendidos en este hospital tienen una media de edad de 85 años y presentan algún grado de dependencia física o cognitiva, o ambos, además de gran multimorbilidad (diferentes enfermedades al mismo tiempo), de allí la importancia de brindarles una infraestructura libre de barreras arquitectónicas, adecuada a las múltiples necesidades que tienen a raíz de sus padecimientos.

Adicionalmente, es necesario pensar en los demás hospitales que también atienden adultos mayores a fin de que construyan áreas con el debido y suficiente diseño arquitectónico, adecuadas para los servicios que atenderán.

Acciones en esta materia, sin duda, son un gran reto que el país tiene por delante, pues deben coordinarse los servicios de salud para la atención integral necesaria.

¿Por qué un centro especializado moderno? Primero, para que brinde atención directa a los casos geriátricos más complejos, que no pueden ser atendidos en los hospitales generales y, segundo, para fortalecerlo como escuela docente, donde el país prepare de forma idónea todo el recurso humano necesario: médicos geriatras y gerontólogos, enfermeras, trabajadores sociales, psicólogos, nutricionistas y terapeutas físicos, ocupacionales, de lenguaje, etc. Es decir, los profesionales del equipo de salud que participan en la atención integral de las personas adultas mayores.

Este centro también tendrá una alta proyección comunitaria con vínculos muy fuertes con la familia y sus cuidadores inmediatos por medio del desarrollo de una atención personalizada y cálida, con vinculación con las redes de cuido, las organizaciones no gubernamentales, el voluntariado y el resto de actores sociales que tradicionalmente han apoyado los programas que desarrolla el Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología.

En otras palabras, la propuesta que se plantea se aleja del concepto del hospital tradicional de carácter cerrado; además, tendrá el reto de coordinar eficientemente toda la red de atención integral para las personas adultas mayores y ser también un gran centro de investigación para conocer, a ciencia cierta, cuáles son las enfermedades prevalentes en nuestro país y las nuevas que vendrán en el futuro cercano.

Costa Rica debe apoyar y hacer realidad muy pronto esta red integral de servicios posesora de una sólida proyección, y soñar con tener una atención integral (no fragmentada) para este grupo social tan vulnerable y con necesidades tan particulares.

Ojalá tengamos la claridad de pensamiento y la actitud visionaria para llevar adelante este proyecto en beneficio de todas las personas que vivimos en este país.

Además, como muy bien nos lo recuerda la Organización Mundial de la Salud, en su más reciente Informe Mundial sobre envejecimiento y la Salud: debemos pasar a la acción centrada en las necesidades de las personas mayores para promover el envejecimiento saludable en torno a su capacidad funcional.