Después del brexit, el referendo en Colombia, y ahora tremenda trompada. ¿Voluntad popular? ¿Hasta qué punto llevada por la razón? De nuevo, en el último caso, probado está el viejo método hitleriano de infundir odio: buena cosecha dio aquello en los años 30 del bigotudo y ahora con el empresario rubicundo. Stalin probó otro recurso, igualmente rentable: el miedo.
Qué derrota para los que luchamos por sentido común y construcción sensata de un humanismo integral. Ayer en el pedestal, el concepto de intelectual ahora lo tiran al caño. Maquiavelo lo decía todavía de manera educada, y hasta el burdo Berlusconi lo hacía con más elegancia; en el 2016, siguen buenos todos los medios, pero cuanto más vulgares mejor.
Triste tiempo, taco tremendo a tragar: ¡Razón tenían Castoriadis al diagnosticar El avance de la insignificancia y Kurbjuweit con su Wutbürger, el ciudadano rabioso! De Reagan, a este, pasando por Bush Jr., el soberano cada vez más manipulable, en democracia cada vez más hueca.
Pues, por favor, seguir remando. Pero ¿saben? Prefiero leer y pensar a partir de frases de Antonio Machado que no con base en imágenes de Alicia Machado.
El autor es educador.