Esquemas de vacunación: un gran logro

Nuestros logros en el esquema de vacunación son impresionantes

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Hasta hace poco tiempo existía una gran brecha entre el esquema de vacunación que se aplicaba en el sector público y el esquema que se aplicaba en la medicina privada. De hecho, la última modificación importante que se había hecho en el esquema público de inmunizaciones fue realizada en la época del Dr. Pardo Evans cuando se decidió incorporar la vacuna contra el H. influenzae tipo b, bacteria que causaba una gran cantidad de enfermedades en los niños costarricenses dentro de las que destacaba la meningitis bacteriana.

Esta decisión del Dr. Pardo fue sumamente acertada y en un periodo muy corto las infecciones por H. influenzae tipo b prácticamente desaparecieron de nuestro país, lo que a todas luces demuestra una decisión acertada y una cobertura vacunal de primer orden.

Impulso a la vacunación. Luego de esa mejora en el esquema de vacunación público, vino un periodo de letargo en el que, a pesar de que en el sector privado se incorporaban nuevas vacunas recomendadas a nivel mundial, el esquema público no se actualizaba. Durante la gestión de la Dra. María Luisa Ávila el apoyo al esquema público de inmunizaciones ha sido extraordinario y hoy en día podemos decir que los niños que acuden a los servicios públicos de vacunación reciben un esquema propio de los países desarrollados.

Específicamente, la Dra. Ávila, con el apoyo de las autoridades de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), introdujo desde el inicio de su gestión la vacuna contra la varicela luego de demostrar, con estudios costo-beneficio, que era mejor vacunar que tratar a estos pacientes. Esto fue importante pues, aunque algunas personas consideren que la varicela es una enfermedad benigna, esta enfermedad causa muchas hospitalizaciones por infecciones bacterianas, por diseminación del virus y además, produce la muerte en niños que padecen de alguna enfermedad que le disminuya sus defensas. En poco tiempo, se ha logrado documentar una reducción significativa de los casos de varicela en niños costarricenses.

Posteriormente, en enero del 2009, se introdujo la vacuna 7 valente contra una bacteria llamada Streptococcus pneumoniae. Datos aportados por la OMS, indican que por año fallecen aproximadamente 1.621.000 niños por infecciones producidas por esta bacteria y a nivel latinoamericano, solo durante el año 1999, la OPS reportó 72.000 muertes en niños con neumonía, de las cuales el 50% eran producidas por esta bacteria.

Datos de estudios epidemiológicos que llevamos a cabo en Costa Rica, antes de la incorporación de esta vacuna, demostraron que en Costa Rica el S. pneumoniae era una causa importante de neumonías, infecciones de la sangre y la bacteria que más frecuentemente producía otitis media. Aunque el impacto de la introducción de esta vacuna todavía no se ha medido, la experiencia de otros países que llevan 10 años de aplicarla, claramente sugieren que el impacto a favor de la población infantil va a ser muy positivo.

En forma paralela, el Ministerio de Salud y la CCSS actuaron pronta y decididamente cuando se comenzaron a presentar casos y muertes de recién nacidos por tosferina al implementar la estrategia “capullo” en la que en la que se vacunaban a nivel nacional a todas las madre en el postparto inmediato con la vacuna contra la tosferina logrando erradicar la transmisión de este virus a los recién nacidos, evitando de esta forma más muertes en este grupo por el virus de la tosferina.

Recientemente, se logró simplificar la aplicación de varias vacunas en una sola que ofrece protección contra cinco enfermedades incluyendo el cambio de polio oral por polio intramuscular. Esto es importante en un país en donde la polio ha sido prácticamente erradicada y en el que la vacuna contra polio por vía oral puede producir distintas formas de parálisis, lo cual no ocurre con polio por vía intramuscular, como se aplica actualmente.

Logros. Todos estos logros son impresionantes y le han valido al país reconocimientos a nivel internacional por diferentes entidades dentro de las que destacan la OPS y la OMS, las cuales han reconocido el esfuerzo del país para mejorar sus esquemas públicos de vacunación.

Conforme la ciencia progresa, las autoridades de salud deben seguir apoyando el esquema de vacunación con la incorporación de nuevas vacunas dentro de las que destacan la vacuna contra el rotavirus, agente que produce 449.000 muertes anuales por deshidratación secundaria a la diarrea, la hepatitis A y la vacuna contra el papilomavirus.

Por supuesto, esto tiene que ser bien planificado para asegurarle a la población que, una vez que una vacuna se introduce en el esquema, existen fondos suficientes para mantenerla dentro de este.

Como costarricense, aplaudo todo el trabajo llevado a cabo por el Ministerio de Salud, la CCSS, el Ministerio de Hacienda, así como los miles de trabajadores que día a día están comprometidos con aplicar estas vacunas a los niños de Costa Rica.