En defensa del internado universitario

La labor delos internos universitarios en la CCSS debe ser reconocida

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La carrera de Medicina es sumamente exigente; requiere dedicación, entrega y una gran inversión económica para poder finalizarla. El internado es el último año de la carrera y es en donde se concretan todos los conocimientos para la práctica de la medicina general. Si bien como internos somos una figura estudiantil, se nos solicita cumplir con un horario de siete de la mañana a tres de la tarde; en muchas ocasiones iniciamos la jornada a las cinco de la mañana y al ser las seis de la tarde no hemos salido del centro médico. Además, realizamos guardias de 16 horas, que se unen con nuestra jornada ordinaria a la mañana siguiente, para un total de 32 horas de jornada continua.

Las labores del interno incluyen todas aquellas que los residentes e inclusive los médicos especialistas no tienen tiempo de hacer y que, de no realizase, se retrasaría la atención de los pacientes: redactar notas de evolución, ingresos, tomar muestras de laboratorio, coordinar ultrasonidos, suturar heridas y realizar curaciones. Además, hay que recalcar que el interno universitario es el primer contacto que tiene todo paciente al ingresar a un centro hospitalario de la CCSS. Todas estas labores asistenciales eran remuneradas con una beca desde hace muchos años.

El 6 de diciembre del 2012, la junta directiva y autoridades de la CCSS toman tres decisiones trascendentales para el desarrollo del internado universitario. Primero, menciona que el interno no esta autorizado a realizar labores asistenciales, en total contradicción con las labores establecidas por las propias autoridades hospitalarias.

El segundo punto acordado es el no pago de las becas a los internos, a pesar de la existencia de la ley 6836, donde se establece dicho pago, siendo esta decisión muy perjudicial para los nosotros ya que el internado genera muchos gastos para los estudiantes y sus familias, al pagar parqueos, buses, libros, comida, alquileres en zonas lejanas, entre otros.

El tercer punto del acta menciona que a partir del año 2013 se toma la decisión de que el interno debe pagar por su campo clínico. Posteriormente, se publica un estudio en donde se menciona que este tendría un costo entre ¢1,3 y 3,5 millones mensuales por cada estudiante que lo realice, y es claro que ningún estudiante o institución puede hacerle frente a un cobro de esta magnitud.

¿Cómo es posible que los directivos de la Caja crean que pueden cobrarle al interno universitario una suma tan abusiva de dinero? ¿No saben que el salario promedio de los costarricenses no sobrepasa los ¢500.000? ¿No ven lo que significa un interno para un servicio de salud? ¿Será acaso, directivos de la Caja, que ustedes nunca realizaron su internado universitario o que rechazaron el pago de su beca?

Autoridades: por favor, abran los ojos y vean que el cuerpo médico y sus estudiantes no somos los causantes del estado financiero de la Caja y que al marginarlos y quitarles sus derechos solo están generando un deterioro del servicio de salud del país. No menosprecien el trabajo que realizamos dentro de la institución, que algún día ustedes fueron internos al igual que nosotros.

Debemos ser valorados y no ser privados de nuestros derechos; reconsideren las decisiones tomadas brindando a los estudiantes la posibilidad de finalizar sus estudios y de ser remunerados por el trabajo que realizamos en dicha institución.