Este viernes 28 de junio están convocados los miembros del Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas de Costa Rica para que se hagan presentes, tanto en la sede central como en las regionales, y emitan su voto por la papeleta que más se identifique con su corriente de pensamiento. Dos grupos se disputarán los puestos de la Vicepresidencia, de tres directores y de la Fiscalía: Norte Definido II e Integrar. El primero propugna la continuación del trabajo de la Junta Directiva y el segundo desea introducir variantes de forma y fondo a lo hecho por el actual equipo dirigente.
La importancia de sufragar no radica solo en ejercer ese derecho, sino también en el carácter estratégico que adquiere la legitimidad de la tendencia que gane los puestos en liza: si únicamente vota un pequeño porcentaje del gremio, eso significará que, en primera instancia, el grupo ganador será el que decida por todos, votantes o no, y, por otra parte, la papeleta victoriosa creerá y sentirá que estará representando al 100% de los afiliados al Colegio, cuando no será así.
La participación en las actividades del Colegio no debe circunscribirse solo a las capacitaciones, los servicios recreativos, las asambleas o a los bailes que se organizan. No hay que desmerecer el valor de ese involucramiento en dichas actividades, pues, sin duda, lo tiene, pero, si a la gente no le importa quiénes son los profesionales que van a “llevar y defender su voz” en el máximo órgano de decisión de la institución, el Colegio puede convertirse en un simple club sociocultural –con lo cual se regresaría a un pasado que nadie desea recordar–, y no en la organización, apoyada por la mayoría de adeptos, que debe regir los destinos de la profesión en ciencias económicas en el país, a medio y largo plazos, de conformidad con su visión estratégica.
Es fundamental impulsar proyectos, propuestos por los miembros, para engrandecer al Colegio, como, por ejemplo, el respaldo a los acuerdos de la Junta Directiva que sean beneficiosos para la institución, y la rendición de cuentas que solicite el gremio cuando perciba que el rumbo dispuesto no es el que debe seguirse. Pero, para llegar a ese estado ideal, es imprescindible que los colegiados asuman su responsabilidad en el devenir de la institución. No podemos exigir cambios, si nos desligamos de nuestro deber de construir el Colegio que anhelamos, y, para eso, una vía, la principal, es escoger a quienes, en nuestro criterio, reúnen los requisitos que nos permitan depositar la confianza para que lleven por buen camino a la institución.
Plan estratégico. En este momento hay un plan estratégico para los próximos cinco años (2013-2017), cuyo éxito dependerá de su aplicación eficaz, en tiempo y calidad, por parte de la Junta Directiva y la Dirección Ejecutiva, y también de los miembros de la entidad. Aunque la gran responsabilidad de su puesta en marcha y seguimiento recae sobre esos dos niveles, el asociado tiene también un papel relevante que cumplir en el éxito de su implementación. Un indicador indubitable para medir la participación comprometida en ello será el grado de compromiso que tendrá respecto a sentirse integrado, o no, al Colegio, y votar, o no, por la alternativa que llame su atención será un espejo claro de sus intenciones. Otro indicador será la fe y el trabajo en las comisiones.
Acudamos, pues, el viernes 28 a ejercer ese reto con la historia. No se quede al margen de las vitales decisiones que se han venido aplicando desde el año pasado, y que deben continuar haciéndose por el bien del Colegio, sea en manos de una tendencia política o de otra. Lo que hagamos incidiráen lo que queremos para el gremio y también para el país.