El nuevo año y adultos mayores en acción

Los buenos hábitos debieran adquirirse en la niñez y mantenerse durante toda la vida

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Al iniciar un nuevo año, la mayoría de los adultos mayores tienen muy claras sus aspiraciones: conservar al máximo su capacidad física, mental y emocional, y depender lo menos posible de los demás para disfrutar una vida plena y feliz.

No es aconsejable esperar a tener 65 años o más para decidir “portarnos bien”. Lo cierto es que los buenos hábitos, entre ellos una dieta saludable y actividad física, debieran adquirirse en la niñez y mantenerse durante toda la vida.

Las estadísticas nacionales muestran que existe una elevada prevalencia de enfermedades prevenibles, como hipertensión arterial, sobrepeso, obesidad y diabetes tipo 2.

El sedentarismo, los descuidos reiterados en la alimentación y el consumo exagerado de tamales de cerdo, queques navideños y rompope en diciembre suelen causar problemas inesperados, por ejemplo, digestivos, pérdida o aumento del apetito, agotamiento, palpitaciones, dificultades para respirar o dormir, etc. Son señales de advertencia.

Para empezar bien el año y cumplir las promesas de diciembre, convendría que a todos les realizaran un amplio chequeo médico y análisis de laboratorio con el propósito de detectar y atender lo antes posible problemas de salud, especialmente aquellas enfermedades que han padecido familiares vivos e incluso fallecidos para determinar predisposiciones genéticas. La inversión en salud es un ahorro para el futuro.

En cuanto al uso del tiempo libre, el perfil social de los adultos mayores va cambiando rápidamente. Muchos jubilados ansían involucrarse en actividades y proyectos de bien social y expresan que se ven recompensados con un sentimiento de pertenencia que da sentido a sus vidas.

Un estudio realizado por la Universidad de Costa Rica y la Encuesta nacional de uso del tiempo (ENUT) destacan la relevancia que han tomado las actividades de voluntariado entre la población adulta mayor.

Durante el año 2022, un total de 539.216 personas mayores de 65 años aportaron su tiempo y experiencia a labores de construcción y administración, o a brindar tutorías a estudiantes de distintos niveles.

La trascendencia de dichas obras radica en compartir y fomentar valores como la solidaridad, el servicio desinteresado y la vinculación social. Asimismo, los adultos mayores se incorporan a una amplia red que fomenta la actividad física y mental, en vez del sedentarismo y el “quedarse en casa”.

La actividad experimentó un incremento natural del 36 % desde el 2017 hasta el 2022, y va en aumento. Se han incorporado profesionales jubilados, y es deseable que ingresen muchos más con dominio de idiomas, matemáticas o nutrición. Son buenas noticias que pueden transformarse en una luz de esperanza para mejorar la educación y la salud en el año que comienza.

silviagagneten@yahoo.es

La autora es nutricionista.