El impulso a la sectorización

Es injusto el ataque a la gestión de la actual viceministra de Transportes Liza Castillo

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Es un despropósito que toda la discusión sobre la sectorización generada por algunos sectores del transporte público en autobús con el respaldo de algunos medios de comunicación se focalice en un ataque injusto sobre la gestión de la actual viceministra de Transportes Liza Castillo y en lamentar “lo que pudo haber sido y no fue”, porque han pasado muchos años y los intentos por poner a funcionar la sectorización, evidentemente, fracasaron.

Posiblemente por haber participado en la elaboración de los estudios que condujeron a materializar la propuesta para mejorar la calidad de los servicios de transporte público modalidad autobús en 1999, la viceministra me invitó, cosa que agradezco, para participar como asesor ad honorem en su esfuerzo para echar a andar el proyecto.

Por eso puedo dar testimonio a los costarricenses de que, contrario a lo que fomentan de negativo esas voces, es posible avanzar en el proceso que con tenacidad ella está dirigiendo sustentado en bases técnicas sólidas, aunque no se logre tan aceleradamente como algunos creen que se puede.

Aún hay tiempo. Resta un año a la actual administración y será un éxito, de aplaudir, si tan solo logra avanzarlo lo suficiente para que no se pueda detener. Al final, antes de este esfuerzo, pasaron 16 años sin que nadie lo lograra.

Ciertamente hay muchos obstáculos por vencer: una debilidad institucional bien conocida, limitada disponibilidad de recursos profesionales y ausencia de recursos financieros. Son asuntos propios de la administración que se pueden ir resolviendo con la voluntad del Ministerio y del gobierno. También hay que vencer a los que estorban, aun dentro de las paredes de la institución.

Pero se requiere, ineludiblemente, del otro brazo, el de quienes sirven el transporte en las rutas involucradas porque toda la sectorización fue estructurada con su participación.

Fue necesario que los concesionarios de rutas se consolidaran dentro de cada sector para funcionar como un solo operador, y si algunos no lo han conseguido deberán hacerlo, les guste o no. He ahí, quizá, el disgusto de algunos porque se está trabajando con transparencia, sin promover ventajas para algún operador.

Acuerdo. Por eso es necesario intercambiar información con los transportistas. La sectorización no otorga beneficios económicos contractuales, eso no está en discusión, es harina de otro costal. Se tiene, eso sí, que acordar la forma como va a operar cada sector.

También se requiere un adecuado intercambio de información con las autoridades cantonales y con las comunidades a las que se les va a brindar el servicio porque el propósito de la sectorización es brindar una mejor calidad de servicio para los usuarios.

Se trata de modificaciones sensibles en la operación del transporte y su apoyo a los cambios resulta fundamental. El proceso no es sencillo, por eso hay que hacerlo bien.

Bien harían quienes lideran los ataques en moderar su actitud, no vaya a ser que les salga el tiro por la culata. Es temprano para cantar fracaso.

El autor es exministro de Transportes.