El éxito de los humanos en la era de la IA

Aunque hay quienes como Elon Musk solicitaron una moratoria voluntaria al desarrollo de la inteligencia artificial a la luz de los riesgos asociados, eso no funcionará

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Estamos rodeados por las advertencias sobre el riesgo que implican los algoritmos de inteligencia artificial para el empleo. Mientras Goldman Sachs estima que dos tercios de los puestos de trabajo que existen en Estados Unidos y Europa podrían verse “expuestos a cierto grado de automatización debido a la IA” en los próximos años, un informe del Centro de Investigaciones Pew coloca la proporción más cerca de un quinto, con especial énfasis en los puestos que requieren educación universitaria.

Hay un sólido consenso en que los algoritmos de inteligencia artificial (IA) son cada vez más capaces de llevar a cabo más tareas y hacerlo mucho mejor que los humanos, y que esa tendencia continuará indefinidamente.

Aunque el futuro es siempre incierto, claramente estamos ingresando en una nueva fase del desarrollo humano en el que la IA desempeñará un papel cada vez más central en nuestras vidas y trabajos, y en el mundo.

Sus algoritmos no solo ofrecen versiones mejores de los servicios existentes, como las búsquedas en internet, sino que, al igual que el lenguaje escrito, la electricidad y la informática, se entrelazarán en casi todos los aspectos de nuestras interacciones con los demás y el mundo que nos rodea.

Evolución humana y tecnológia

El amanecer de la nueva era de la IA no implica el atardecer de los humanos; siempre evolucionamos junto con las tecnologías y esta no será la excepción. Aprender a cocinar con fuego nos ayudó a reasignar energía de la digestión al cerebro, lo que a su vez nos permitió evolucionar hacia formas más sólidas de organización social.

Domesticar los vegetales y animales nos ayudó a abandonar el nomadismo, por lo que más gente pudo dejar de dedicarse a la caza, la recolección y la agricultura, lo que a su vez permitió que crecieran nuestras tecnologías, culturas y civilizaciones. La industrialización nos brinda las herramientas para ampliar la población, crear megaciudades modernas y llegar al espacio.

Al igual que esas tecnologías previas, la IA nos cambiará. Repentinamente, los algoritmos de IA se ocuparán mejor de funciones complejas que alguna vez consideramos únicas de los humanos. Eso incluye la programación de computadoras, la detección de patrones en conjuntos gigantescos de datos, la creación de arte y un montón de capacidades adicionales cuya vulnerabilidad a la IA solo estamos comenzando a explorar y entender.

Las tecnologías de IA van camino a mejorar nuestra salud, la productividad y eficiencia de las economías, y posiblemente a crear un futuro más seguro y sostenible para todos.

Beneficios de la IA

Por supuesto, esas mismas capacidades también conllevan riesgos considerables, desde el surgimiento de armas autónomas y el rápido desplazamiento laboral hasta el problema más fundamental del desequilibrio entre nuestras metas y las de los sistemas de IA que estamos creando.

Aunque hay quienes como Elon Musk solicitaron una moratoria voluntaria al desarrollo de la IA a la luz de los riesgos asociados, eso no funcionará. Los beneficios potenciales de la IA son demasiado grandes y nuestras sociedades, demasiado competitivas, tanto entre sí como internamente.

Es mejor dedicar nuestro tiempo y energía a prepararnos para lo inevitable. No solo necesitamos reglas de navegación más sólidas, sino también instituciones (locales, nacionales e internacionales) para apoyarlas y hacerlas cumplir. Nuestra meta debe ser la maximización de los beneficios y minimización de los peligros potenciales.

Incluso aunque no haya certeza sobre los futuros trastornos en el mercado de trabajo, no hay dudas de que muchas categorías laborales desaparecerán, como ocurrió previamente en la agricultura, la telefonía y otros sectores, pero descubriremos que algunos trabajos son solo para los humanos.

Es posible que ciertos trabajos que no valoramos mucho (económicamente) hoy día —como los de asistente de salud en el hogar y poeta— sean considerados trabajos humanos preciosos en el futuro. Y como siempre ocurrió en el pasado, se crearán nuevos empleos que difícilmente podríamos haber imaginado.

Casi todos los trabajos que existen serán híbridos: si no nos desplaza un algoritmo de IA, lo hará alguien que haya descubierto la manera de trabajar con la IA mejor que nosotros. Eso implica que todos necesitaremos estrategias de hibridación.

Debido a que todos los trabajos pueden dividirse en un conjunto de tareas centrales, tanto las organizaciones como las personas tendremos que prestarles atención para determinar en cuáles los humanos somos mejores, en cuáles la IA es mejor y en cuáles lo mejor es una combinación de ambas cosas.

La clave del éxito será dejar que las IA y los humanos hagamos aquello en lo que somos mejores y descubrir la mejor manera de trabajar juntos en todo lo demás. Quienes descubran la combinación óptima serán los campeones de la nueva economía.

El futuro no es de la IA, pero tampoco es solo de los humanos. Como viene ocurriendo desde la Edad de Piedra, evolucionaremos conjuntamente con nuestra tecnología, pero más rápido. Todos debiéramos apurarnos a descubrir la mejor manera de lograrlo.

Jamie Metzl, fundador y presidente de OneShared.World, fue miembro del Consejo de Seguridad Nacional de EE. UU. y del Departamento de Estado de EE. UU. durante el gobierno de Clinton.

© Project Syndicate 1995–2023