El eterno candidato

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En la lucha por ganar la Casa Blanca en noviembre 2012, el Partido Republicano ha realizado con éxito en el estado de Iowa, su primera votación o caucus. En cada estado, según los votos obtenidos se ganan delegados que irán a la gran convención republicana para elegir al candidato nacional que disputará las elecciones presidenciales.

Este primer caucus ha dado resultados impresionantes. El eterno candidato Ron Paul, gustado por jóvenes universitarios, indica que el inmenso fracaso de George Bush, dejó a los Estados Unidos con una deuda de $4.000 billones y la economía mundial deshecha. Pero no es considerado como un oponente serio en el Partido Republicano, aunque llegara al tercer lugar y dijera toda la verdad.

Un votante de Iowa dijo que todos los candidatos eran unos grandes mentirosos y por eso votó por Rick Santorum que en un inicio no tenía ninguna posibilidad. Sin presupuesto alguno, tuvo problemas hasta para pagar el alquiler de los carros de campaña y los hoteles. Aun así, Santorum visitó los 99 distritos para pedir el voto. Esa humildad electoral a la larga le sirvió, aunque por ocho votos perdió el primer lugar para colocarse detrás de Romney.

El gobernador de Texas, Rick Perry, gastó $6 millones, más de 700 dólares por voto para terminar en un quinto lugar. Newt Gingrich y el resto se quedaron muy atrás y ahora deberán reconsiderar su participación en la campaña.

Esta situación es muy diferente a la campaña del joven Obama de hace cuatro años, cuando electrificaba a la juventud con su mensaje y ni el más fuerte candidato opositor pudo contrarrestar sus ideas y carisma personal. Pareciera entonces, que en esta primera vuelta el GOP o Partido Republicano, el partido de Reagan y Bush, no tiene un mensaje ni un candidato popular que pueda eventualmente llegar a vencer al presidente Obama.

Un candidato debe traer un mensaje nuevo que movilice profundamente al electorado nacional. El mensaje debe traer un ofrecimiento que mejore la calidad de vida de cada ciudadano en lo individual, así como una notoria mejoría en lo grupal o nacional. Cuando un candidato no es capaz de motivar a un segmento del electorado, ya lleva las de perder. En este momento el mensaje único de los republicanos es que todo lo negativo es culpa de Obama, quien no ha sido capaz de gobernar. Pero la realidad es que fue el expresidente Bush, con su inusitada arrogancia, quien insistió en la guerra de Irak dejando miles de viudas y huérfanos que lamentar.

Romney es un candidato conocido y ha luchado en varias ocasiones por la candidatura presidencial. Es posible que sea el candidato escogido, pero le hace falta mística y ese toque de lo personal y lo inusual para ser presidente de los Estados Unidos.

Tenemos Obama para rato.