El ejemplo de Keylor Navas

Keylor es una inspiración para quienes creemos en la superación espiritual y mental del ser humano

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Cuando saboreamos la miel del triunfo, algunos queremos ser dueños de ese triunfo. Creemos que es obra nuestra y nos apropiamos de él. Todos insinuamos de alguna manera que aquello era lo esperado y lo que yo había anticipado. Cuando la Selección Nacional de Fútbol se clasificó al Mundial de Brasil y quedamos en el llamado “grupo de la muerte”, pocos, pero muy pocos creían que íbamos a clasificarnos de primeros en ese grupo.

Me acuerdo que yo tenía, para esa época, un viaje planeado a un país lejano y me tocaría ver el Mundial en un lugar que no era Costa Rica. Pensé entonces que adonde iba convencería a mis amigos y familiares para vestirnos con la camiseta de la Selección para celebrar juntos. Cuando fui a comprar las camisetas, me enteré de que no se estaban vendiendo muy bien, compré nueve a buen precio y, así, todos mis conocidos llevarían “la roja” de Costa Rica.

Pues bien, la Selección hizo un papel brillante y todos los ticos del mundo y quienes habíamos convencido para que apoyaran a nuestro país alabamos a nuestra Selección. Obviamente, los ticos éramos los más orgullosos del mundo, ¿y por qué no? Volvimos invictos del Mundial de Brasil y ocupamos la plaza más alta en la historia. Por supuesto, teníamos todo el derecho de hacerlo y sentirnos orgullosos del equipo y de la dirección técnica. Por cierto, luego me enteré de que no quedaban camisetas en el mercado y que muchos ticos en Brasil fueron abordados por seguidores de otros países para intercambiar camisetas.

Comentarios injustos. No es aceptable ahora que el haber perdido contra los mexicanos sea una desgracia y participemos de manera similar a los comentaristas del país que nos ganó, tildando a la Selección de bajo rendimiento y, especialmente, como algunos han comentado, culpando a nuestro invaluable arquero Keylor Navas.

Yo me pregunto si no ha sido Keylor el mismo arquero estrella de Brasil y quien ha salvado al Real Madrid de varias pérdidas por su increíble labor. Para todos los ticos, hace un año era “san Keylor” y ahora, cuando más necesitamos apoyar a un arquero que ha demostrado su temple y su increíble fortaleza espiritual y mental, se hacen comentarios injustos, muchas veces por personas que buscan la polémica y la venta de noticias.

Como costarricenses, deberíamos sentirnos orgullosos no solo por las habilidades deportivas de Keylor, sino también por su fortaleza mental. Yo no puedo imaginar cómo una persona como él pudo soportar la presión injusta hecha en el Real Madrid cuando querían traer a otro arquero y estuvieron a punto de cederlo a un equipo inglés. Solo por un problema logístico Keylor no fue trasladado a Inglaterra. Ante esta situación tan dolorosa e injusta, Keylor se levantó como el arquero salvador del Real Madrid y se convirtió en uno de los cinco mejores del mundo.

Imperfección. Como todo ser humano, ni Keylor ni ninguna otra persona son perfectos. Yo todavía no considero que el segundo gol contra México, el viernes 24 de marzo, haya sido su error, pero, aun si lo fuera, es normal que falle, así como fallan los defensas, los volantes o los delanteros de cualquier equipo.

Nadie habla de su vuelo salvador ante un remate furioso de un delantero mexicano. No podía creer en su capacidad de reacción y tampoco en el vuelo emprendido para rechazar ese “zapatazo”, como habría dicho nuestro querido Pilo Obando, pero eso no fue suficiente para quienes venden el sensacionalismo y la crítica negativa.

Keylor es un ser humano excepcional. No lo conozco personalmente y nunca le he visto de cerca, solo en la televisión, pero su ejemplo como atleta y ser humano son una inspiración para quienes creemos en la superación espiritual, la fortaleza mental, las habilidades de un atleta y el rol ejemplar que él siempre nos muestra.

Él es un verdadero modelo a seguir para la juventud y para quienes creemos en la nobleza y la capacidad de un deportista que ha demostrado sus capacidades en infinidad de ocasiones.

En este momento tengo más respeto que nunca por Keylor. Solo le pido que conserve su humanismo y no le dé importancia a la crítica negativa. No importa lo que pase en los partidos, Keylor, usted ya nos demostró cuánto vale, y estoy seguro de que la vida le dará muchas más satisfacciones. A veces el precio de la fama es injusto, pero que nada de eso afecte su espíritu.

El autor es rector emérito de la Universidad Earth.