El don del sufrimiento

Mucha gente opina que la búsqueda de la felicidad es el principal fin de la vida

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Paul Tillich fue teólogo y filósofo y está considerado uno de los más influyentes teólogos del siglo XX. Fue uno de solo cinco “University Professors” de Harvard. Este es el rango académico más alto que otorga esa universidad.

El coraje de ser y La dinámica de la fe son dos de sus extraordinarios libros que están al alcance de quienes no somos ni teólogos ni filósofos.

Revisando viejos cuadernos de notas de los diversos cursos que recibí en mis once años en Harvard, me encontré con uno que contenía mis apuntes en inglés de una conferencia ( lecture ) dictada por el profesor Paul Tillich el 2 de marzo de 1956. La charla se trataba del “don del sufrimiento”. Este es un resumen de esa disertación traducida al español.

“Mucha gente opina que la búsqueda de la felicidad es el principal fin de la vida. Sin embargo, cuando las personas recuerdan su pasado no hablan solo de tiempos felices. A menudo lo que recuerdan es el calvario que en alguna ocasión sufrieron.

”No hay nada intrínsicamente ennoblecedor con el sufrimiento cuando lo estamos viviendo. En ese momento, es una gran aflicción interior más que destructiva. Algo que queremos desterrar al pasado tan pronto podamos.

”Una mayoría lo que busca es la felicidad que les pueda deparar el día de hoy. Pero muchos admiten que fue la adversidad y el sufrimiento lo que los formó. Abundan quienes se sienten ennoblecidos por el sufrimiento.

”Lo que hace el sufrimiento es sumir a la persona en su mundo interior. Le da a ella una perspectiva que la hace comprender mejor el sufrimiento de otras personas (cita a Franklin Roosevelt como alguien que se hizo más humano al ser víctima de la poliomielitis).

”El sufrimiento de la pérdida de un ser querido coloca a quien lo padece más allá de la rutina de la vida diaria. Descubren otro yo; encuentran que no eran el que creían. Se abre un campo desconocido de la personalidad que despierta nuevas regiones más profundas de su ser.

”El sufrimiento destapa las limitaciones propias de quien sufre. Descubren que hay cosas que pueden controlar y otras que no. No importa cuanto traten, no pueden conseguir que desaparezca el dolor, ni olvidar una persona desaparecida. Y después, cuando comienzan a sentir algún grado de tranquilidad, no logran saber de donde surgió el proceso de recuperación del sufrimiento.

”Parece parte de algo sobrenatural o divino que va más allá del control del ser humano. Estas personas muchas veces sienten que son acarreadas por una providencia sobrenatural que les sonrió pero que está más allá de nuestra comprensión.

”Abraham Lincoln sufrió el dolor de haber conducido a su pueblo a una sangrienta guerra civil. Pero emergió de este calvario con la certeza de que, si bien existieron causas profundas de dolor, finalmente surgirían otras corrientes redentoras que levantarían a todo su pueblo y que él sería el instrumento en la tarea trascendental de unirlo.

”En ese instante de su vida, Lincoln presintió un llamado divino y una razón para su sufrimiento. Adquirió la capacidad de responder al dolor que lo atormentaba. Percibió una sensación de descarga moral. Una respuesta positiva al sufrimiento.

”Estas personas experimentan un nivel espiritual más profundo del que encuentran con la felicidad y el beneficio personal. Comprenden que este estado anímico no se busca ni se logra racionalmente ni por voluntad propia. Llega. Simplemente se logra.

”Lo que se alcanza después del sufrimiento no es placer. Es casi un estado de santidad aunque este no es un sentimiento puramente religioso. Se llega a ver la vida como un drama. Se coloca el sufrimiento en un contexto moral que logra redimir una mala experiencia y la convierte en algo sagrado. El sacrificio de Lincoln se redimió por la conquista de la unión de un país dividido hasta sus raíces por la guerra civil.

”El alivio del sufrimiento no es como la recuperación de una enfermedad física. Esta se termina y la persona, generalmente, cuando se cura, puede llegar a ser la misma que fue. De la enfermedad se sale curado. Pero del sufrimiento surge una nueva persona.

”Quien sufrió se hace vulnerable. Surge un nuevo ser humano que está dispuesto a entregarse al peligro de cultivar nuevos afectos sin importar que este nuevo estado de ánimo le pueda significar futuros sufrimientos”.

Seis décadas más tarde, después de haber experimentado el sufrimiento de la pérdida de un hijo, acepto el desafío del profesor cristiano Tillman: la vida merece ser vivida hasta su fin natural. El cristianismo existe, precisamente, para darle un significado sobrenatural y benéfico al sufrimiento.

El autor es médico.