El camino para desentrabar al país

Urge una agenda de consenso en la que todos los sectores tengan representación

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Un acercamiento entre las fracciones no oficialistas y el oficialismo en procura de acuerdos –como el alcanzado por el PUSC con el gobierno en relación con el plan de fraude fiscal– ayudará a desentrabar al país y devolverá la confianza a los costarricenses.

Porque no se trata de un juego de egos políticos para demostrar quién se impone. Se trata de hallar, entre todos, las vía para llevar a Costa Rica, a nuestra Costa Rica, por el camino de la justicia social y el desarrollo.

Solo mediante el consenso democrático, la Asamblea Legislativa y el Poder Ejecutivo cumplirán el mandato que los costarricenses les confirieron en las urnas: alcanzar acuerdos para hacer que el país avance.

Un buen ejemplo de esto es el pacto entre el Partido Unidad y representantes del gobierno. Promueve la creación de un registro de accionistas de las sociedades anónimas al que tendrá acceso la Dirección de Tributación.

El acuerdo llega con la promesa de que esos datos se utilizarán con propósitos lícitos, bajo estricta confidencia y con la participación de un juez que velará por la transparencia del proceso.

Pendiente. Este es, sin duda, un gran paso para hacer frente a los evasores. Pero todavía queda mucho por hacer: el control del presupuesto, la agenda por la responsabilidad fiscal, las reformas a los regímenes de pensiones con cargo al Estado y el ajuste en el régimen de pensiones del Poder Judicial, los ajustes al régimen de remuneraciones del sector público, etc.

Necesitamos una agenda democrática y de consenso en la que todos los sectores tengamos representación. A fin de cuentas, el saneamiento de la hacienda pública es el camino para el mejoramiento de la competitividad interna y con el resto del mundo y para el desarrollo con equidad social.

Pero hay que ir paso a paso. De la discusión sobre el fraude fiscal debemos avanzar hacia las pensiones; de ahí al empleo público. El último ladrillo en esta delicada construcción son los impuestos; primero es necesario entrarles de lleno a la contención del gasto público y a la reactivación económica.

Mientras tanto es grato saber que hay señales de avance en el firmamento para lograr los primeros consensos, recuperar la gobernabilidad y la confianza en el sector público, incluida la Asamblea Legislativa, y, no menos importante, cumplir con el mandato del pueblo del 2014, que fraccionó el Legislativo como nunca antes en la historia y mandó al Ejecutivo a segunda ronda, con la orden diáfana y distinta, a tono de grito imperativo: “Pónganse de acuerdo, de una vez por todas”.

El autor es presidente del PUSC.