El agua en la Antártida

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La Antártida, conocida como el “Continente Blanco”, se ubica al sur del paralelo 60 en la zona polar austral; sus límites están definidos por la denominada “Convergencia Antártica”, determinada por los extremos australes de los océanos: Pacífico, Atlántico e Índico. Su área es de 14 millones de Km² (273 veces la superficie de Costa Rica), pero la población no llega a 4.000 personas.

Este territorio no pertenece a ningún Estado, en sustitución existe el “Tratado Antártico”, firmado, en 1959, por 45 países, con el propósito de dedicarlo a la paz y a la investigación científica. Sus características topográficas y climáticas son inhóspitas, con fríos intensos que llegan a -89°C, en la “Estación Vostok” a cargo de Rusia.

En la Antártida se almacena el 70% del agua dulce del planeta a pesar de que no existen ríos ni lagos en su territorio. Paradójicamente, el promedio de precipitación anual es similar al de la zona más seca del Sahara, el cual oscila entre 101 a 152 mm. Este continente blanco, junto con el Polo Norte, son esenciales para mantener el equilibrio del clima a nivel mundial.

Lógicamente, la intensidad del frío y la acumulación del 90% del hielo del planeta, limita el desarrollo de la vida vegetal y esta a su vez de la vida animal. Sin embargo, en su zona costera existen 350 especies de líquenes y algas; musgos, bacterias y dos plantas que florecen, cuyos nombres científicos son Deschampsia antártica y Colobanthus crassifolius. La mayoría de los animales son artrópodos (ácaros, insectos).

En esta zona habitan seis clases de focas y cinco tipos de pinguinos, doce especies de ballenas y, aproximadamente, 200 variedades de peces.

Aunque la extensa masa de agua está congelada, el Continente Blanco es una zona viviente, pero, sobre todo, es fundamental para mantener el clima y el ciclo hidrológico en el mundo.

Amenazas. Lamentablemente, sobre este continente de agua, existen dos amenazas; la primera, es el efecto del cambio climático, ya que el aumento de la temperatura global ha incrementado el deshielo y el desprendimiento de bloques de hielo como la plataforma de Wikins, con más de 14 Km² y 150 m de profundidad o grosor.

La segunda amenaza son los grandes yacimientos de petróleo, uranio, cobre, carbón y oro que existen en esta región, los cuales más temprano que tarde despertarán la avaricia humana, provocando sin lugar a dudas la alteración del equilibrio de la flora y fauna de dicha zona y en consecuencia la del mundo entero.

Ante estas amenazas, es necesario y recomendable cambiar el estilo consumista de la humanidad para disminuir la producción de gases de efecto invernadero y cambiar nuestra zona de confort, en beneficio de la sobrevivencia en este hermoso planeta Tierra.