Dime quién te apoya y te diré qué eres

Qué difícil es tener que explicar que es una guerra porque nos quieren exterminar

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Qué difícil es escribir algo en estos días. Qué difícil hacerlo cuando una de mis hijas y mi yerno, que viven en Israel, tienen que mudarse con unos amigos porque el edificio donde habitan no tiene refugio antibombas.

Qué difícil es tener que estar pendiente de cada chat y de cada grupo para saber que la familia, amigos y conocidos están bien. Chats a los que no paran de llegar mensajes y videos que estremecen.

Qué difícil es tener que estar pendiente del celular y la aplicación Red Alert, que me avisa cada vez que se dispara un misil sobre territorio israelí e indica incluso hacia donde está dirigido, y que solo el sábado hizo vibrar mi teléfono más de 3.000 veces.

Qué difícil es tener que explicar que es una guerra porque nos quieren exterminar, y no por cualquier tipo de “ocupación”. Israel se retiró de Gaza en el 2005, no hay un solo israelí, ni judío (y creo que casi no quedan cristianos tampoco) en Gaza desde hace 18 años, y era la prueba para demostrar que se podía tener vecinos con los cuales vivir en paz.

Hoy vemos que quienes vivieron casi toda su vida con autodeterminación eligieron ser terroristas, entrar y masacrar a quien se le cruzara en el camino.

En 1947 la ONU dividió el territorio para crear dos Estados, Israel y Palestina. Israel lo aceptó, los Estados árabes (aún no se hablaba de palestinos) lo rechazaron e invadieron Israel en lo que se llamó la guerra de independencia. Esa guerra terminó con Jordania y Egipto tomando los territorios que debían haber sido del Estado palestino, pero nunca lo crearon porque lo que querían era todo y destruir Israel.

Israel cedió por paz más de tres veces su territorio cuando entregó el Sinaí a Egipto (solo a cambio de paz), demostrando que no es la tierra lo que interesa, sino fronteras seguras. En este momento, queda más que claro el porqué.

Qué difícil es tener que aclarar que no debemos hablar de fallecidos o muertos... Debemos hablar de asesinados, porque quienes los mataron son criminales, no son “luchadores por la libertad”.

Qué difícil es explicar, solo por citar unos casos, que Shani Louk es una turista alemana de 30 años que fue a un festival de música por la paz. Luego exhibieron y ultrajaron su cuerpo; o que Rodolfo era un argentino, con tres hijos, que salió a pasear a su perro y ya nunca volvió; o ver las fotos de los hijos de Itzik Horn, con quien tuve el honor de trabajar en mi juventud, que están desaparecidos, seguramente también como rehenes de la organización terrorista, y oírlo que dice “estoy dispuesto a escuchar lo peor, pero a saber algo. Dios no lo permita. Pero decís ‘los mataron’, bueno, los mataron, pero sabés. Ahora no sabés si están secuestrados, muertos, tirados en algún lado”.

Incluso en una guerra hay códigos. Cuando Israel ataca lugares desde donde se disparan misiles, primero avisa para que salga la población civil. Aquí, los terroristas lo que buscan es sembrar terror, atacando sin piedad a la población civil, sin importar si hay niños, mujeres, ancianos, nada... Los matan y luego exhiben los cuerpos como trofeos.

Hamás es una organización terrorista, criminal. En sus estatutos no habla de lograr un Estado palestino, sino que “hay que desaparecer Israel de la faz de la tierra y a cuánto judío se encuentre, matarlo”. Como dice el dicho “dime con quién andas, y te diré quién eres”. Lo adapto aquí a “dime quién te apoya, y te diré qué eres”. Si quien te apoya son gobiernos como los de Venezuela e Irán o Evo Morales en Bolivia o Petro en Colombia, ya sabemos qué son.

Yo sí defiendo a los palestinos cuando quiero que tengan un Estado y se saquen la lacra de gobierno islamista que quiere imponer sus leyes al mundo y destruir todo lo que no piense como ellos.

¿Habrán visto el video de uno de sus líderes diciendo que no es un asunto de tierras, sino de quitar el judaísmo y al cristianismo del mundo para imponer el islam? La organización universitaria que tiene en su foto de perfil —donde anuncia su apoyo al pueblo palestino— la bandera multicolor LGBT, ¿sabrá qué hacen con la gente del colectivo en Irán o Gaza? ¿En serio van a apoyar a este tipo de gente?

Dios quiera que prontamente vuelva la paz y la calma, y que algún día el pueblo palestino encuentre los líderes que realmente quieran vivir en paz, ya que, como dijo alguna vez Golda Meir, “la paz llegará cuando los árabes amen más a sus hijos de lo que odian a los nuestros”.

Y que mi hija, como tantos otros, pueda volver a vivir en paz.

marcelo.burman@gmail.com

El autor es expresidente de la ONG B’nai B’rith en Costa Rica.