Desinformación sobre sexualidad en la población indígena

La educación sexual es un reto pendiente para toda la sociedad costarricense

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En el Día Internacional de la Población Indígena, la Asociación Demográfica Costarricense (ADC) hace un llamado de atención hacia la profunda desigualdad y exclusión social que afecta históricamente a la población indígena Ngäbe y Buglé, migrantes en Costa Rica, quienes, además, presentan niveles bajos de información en materia de sexualidad, principalmente las mujeres y las personas adultas.

Se trata de una oleada de personas que se ha calculado en alrededor de 14.000 hombres, mujeres, niños y niñas provenientes de Panamá que cada año se desplazan para ser empleados en la cosecha del café costarricense, en las zonas de Coto Brus, Pérez Zeledón, Los Santos e incluso Palmares y San Ramón.

Desinformación. Un reciente estudio exploratorio impulsado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH sida (ONUSIDA), denominado “Estudio integrado de conocimientos y comportamientos en relación a la salud sexual, VIH/sida y otras ITS en la población Ngäbe Buglé migrante”, indica que esta población presenta altos niveles de desinformación, así como una prevalencia relativamente alta de percepciones o creencias que se deben considerar incorrectas.

Un aumento inusitado de los casos de VIH en la comarca de la que provienen estos trabajadores encendió las alarmas y justificó el estudio. Existe entre ellos un gran temor hacia el VIH y sida, pero no conocen con claridad las formas en que se transmite ni las mejores formas de protegerse. Las mujeres indican que no desean tener tantos embarazos durante sus vidas, y que muchas veces temen ser infectadas por sus parejas sexuales. Es en muchos sentidos la vivencia de la sexualidad como tragedia.

Según el estudio, diferentes razones hacen que el uso del condón como método de planificación y de protección sea usado con muy poca frecuencia por parte los Ngäbe y Buglé. Entre las razones destaca:

* Falta de información sobre su uso correcto.

* Escasa disponibilidad en las fincas.

* Alto costo en relación con los ingresos recibidos.

* Falta de información sobre los lugares para obtenerlos.

* Barreras culturales para incorporarlo como un método de uso cotidiano.

La Encuesta Nacional de Salud Sexual y Reproductiva (ESSR-2010), respalda necesidad de educación sexual.

En ese sentido esta encuesta realizada el año anterior y cuyos resultados empiezan ahora a darse a conocer brinda información valiosa y actualizada sobre diversos aspectos de la forma como las personas en Costa Rica vivimos y desarrollamos la sexualidad.

En materia de información y educación para la sexualidad parece seguir existiendo una deuda preocupante e histórica con la población en general. Un porcentaje importante, principalmente de hombres, indica que lo que saben de sexualidad lo han aprendido “en la calle”, o que simplemente nunca han recibido ningún tipo de información al respecto. La mayor parte de las mujeres mayores de 25 años indica que sus conocimientos en materia de sexualidad los adquirieron de sus propias parejas sexuales.

Hasta el 75% de las personas que respondieron, principalmente en las zonas rurales, mantienen creencias incorrectas sobre las formas como se transmiten –o se puede evitar la transmisión– de infecciones de transmisión sexual, incluyendo el VIH.

Educación sexual. Aunque en este sentido existen significativas diferencias por sexo, edad, zona de residencia y nivel educativo –entre otras variables–, destaca un llamativo consenso: más del 94% de todas las personas consultadas piensan que el sistema educativo público y privado debería brindar a todas las personas menores de edad del país educación integral en materia de sexualidad, incluyendo la forma correcta de usar métodos anticonceptivos.

La edad promedio en que esta mayoría piensa que tal educación debería iniciar es a los 10 años, es decir, al iniciar el segundo ciclo de le educación general básica.

Como vimos al inicio, no se trata de una situación importada; también los pueblos indígenas costarricenses sufren y han sufrido la exclusión, manifiesta en este caso mediante el no acceso a información, a educación de calidad y a poder beneficiarse de los adelantos de la ciencia y la tecnología.

Reto pendiente para toda la sociedad costarricense, una educación integral para la sexualidad dirigida a la población indígena que vive y trabaja en nuestro país, ajustada a su cosmogonía y constructora de nuevos conocimientos; se une a la larga lista de asuntos que nuestra sociedad adeuda a estos pueblos.