Desde el corazón del Hospital Nacional de Niños

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

El Consejo de Dirección General del Hospital Nacional de Niños (HNN) lamenta profundamente el acaecimiento de hechos que han generado dolor y pérdida en una familia costarricense y preocupación en muchas otras. En pleno conocimiento del afecto que nuestra población tiene por el HNN, salimos a garantizar el férreo compromiso de nuestros trabajadores, que, con sacrificio, talento, mística y dedicación, se han ganado el corazón del pueblo, y que, con su trabajo, benefician anualmente a 450.000 niños.

En la última década, nuestro hospital ha impartido 2 millones de consultas especializadas, se han atendido 1,2 millones de urgencias y se han llevado a cabo 1 millón de procedimientos médicos y quirúrgicos, alcanzando además para el año 2013 una mortalidad hospitalaria de 1,4%, la más baja en la historia del Hospital. Esta realidad no puede desaparecer por un lamentable hecho.

Los costarricenses merecen conocer que fue justamente en el seno de la misma Unidad Cardiaca del Hospital Nacional de Niños donde se hizo la denuncia inicial del presunto hecho recientemente comentado en los medios de comunicación. A partir de esto se establece la investigación preliminar inmediata y se solicita al órgano instructor de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) su intervención e investigación. De manera inmediata, se procede paralelamente a la suspensión transitoria de dos galenos, durante cuatro meses con goce de salario, según dicta la ley. Es claro que nadie en este hospital se prestaría para disfrazar una conducta presuntamente delictiva.

No obstante, en este doloroso episodio, ha sido también lesionada la credibilidad de una institución que es orgullo y emblema del sistema de salud costarricense. El manejo de la información en este tema ha sido delicado y requiere profundidad y seriedad. No podemos perder de vista que ya son muchos los padres de familia preocupados por la atención de sus hijos que, por temor, desean retrasar el abordaje oportuno, con el riesgo de deterioro en su condición, a raíz de informaciones desactualizadas aparecidas en días recientes.

Al pueblo de Costa Rica, y muy especialmente a las familias que sufren al tener en su seno a un niño o niña con una cardiopatía, debemos dar cuenta de los siguientes avances:

1. En mayo del 2011 se creó la Unidad Cardiaca, equipo multidisciplinario que, con el respaldo de la CCSS, ha ido incorporando profesionales especializados en universidades de Toronto, en Canadá, de Dallas y de Carolina del Norte, en Estados Unidos, y de Marsella, en Francia.

2. En el año 2013, con la colaboración del sector privado, se concretó una importante compra de moderna tecnología que incluyó un nuevo equipo de circulación extracorpórea, cuyo costo superó $1 millón.

3. Desde el año 2011 hemos propiciado y fortalecido la rendición de cuentas a través de un acompañamiento constante de la Defensoría de los Habitantes en este proceso.

4. Desde el año del 2011 se concreta una alianza con Heart Trust Inc. de Nueva York, un grupo de atención de cirugía cardiaca de primer mundo que ha aportado el apoyo de siete disciplinas diferentes en el área de atención cardiovascular.

5. En el año 2013 hemos promovido la participación de nuestro centro en la base de datos del IQIC (International Quality Improvement Collaborative for Congenital Heart Surgery), en conjunto con la Universidad de Harvard y el Hospital de Niños de Boston, para la mejora en la calidad de atención cardiovascular.

6. A partir del año 2012 hemos desarrollado un proceso de capacitación para el desarrollo organizacional, junto con una consultoría de Franklin Covey.

Reconocemos con humildad que nos falta aún camino por recorrer, pero todas estas acciones son prueba de que el Hospital actúa permanentemente en la mejora continua de los programas, pues nuestra razón de ser son nuestras niñas y niños como Jimena, Luciano, Mariángel, Luis José, Angélica, Camila y Josué, entre muchos otros pequeños que fueron operados en Costa Rica, algunos de ellos rechazados por hospitales extranjeros para no caer en la probabilidad de elevar las estadísticas de mortalidad de esos centros.

Reiteramos a los padres de familia y a la comunidad costarricense que continuaremos con entusiasmo promoviendo la salud y atendiendo a las personas más queridas de nuestra sociedad: los niños y las niñas. Lamentamos las conductas impropias de unos pocos y ratificamos nuestro compromiso de hacer siempre el mejor esfuerzo por servir a la infancia de nuestro país con calidad y oportunidad.

Firman también este documento las siguientes personas: Dr. Orlando Urroz Torres, Dr. Carlos Jiménez Herrera, Dr. Gerardo Mora Badilla, Dra. Olga Arguedas Arguedas, Licda. Yadira Umaña Torres, MSc Adriana Romero Retana y Licda. Denney Artavia Escalante.