Derecho de respuesta: No toda presión es negativa

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El 8 de julio, el periódico La Nación publicó una nota titulada “Zapote presionó al Conavi para cambiar contrato de vía”, donde se dice que “dos de siete directivos denunciaron presión de la Casa Presidencial para ajustar documento” y que “directores muestran reservas por falta de estudios que justifiquen los honorarios del banco”.

La nota de prensa, en varias partes, copia extractos del acta 1421-2017 del Consejo de Administración del Conavi, y así algunas de las intervenciones que hice en tal sesión.

Una de ellas es: “Debo decir que ha sido público y notorio que funcionarios ajenos a este Consejo de Administración han tratado de ejercer una inusual presión para que se vote positivamente las modificaciones”. Tal afirmación en efecto es correcta.

En tanto, fue notorio que durante varios días, previos a la decisión, personas de diferente origen se expresaron bajo un objetivo claro de que los miembros del Consejo votaran favorablemente la decisión de autorizar cambios en el contrato de fideicomiso.

La alusión que hice a “funcionarios ajenos” engloba a todas las personas que por vías diferentes comentaron en tal sentido. Lo que no es correcto en la noticia a la que me refiero es cuando dice que “dos directivos denunciaron presión de la Casa Presidencial”. Uno de esos directivos soy yo.

Y, para verdad de mi dicho, véase lo que expresamente señalo en la misma acta 1421-2017: “Igual es sabido que el lunes pasado que los directores respondimos a una invitación de la Casa Presidencial. Se nos comentó en esa reunión, por parte de autoridades de gobierno, la preocupación y necesidad de que se aprobaran las modificaciones al contrato, por razones que, según se entendió, no son las que a una mayoría de este Consejo promueve. Acudir a esa sesión el suscrito la recibió como una entendible preocupación por conocer de primera mano, qué es lo que sucede en torno a la propuesta de modificación del contrato”.

En tal sentido, no veo más que una válida preocupación el proceder de la Casa Presidencial en torno al estado del proyecto y, específicamente, de la propuesta de modificación.

Si ser invitados a la Casa Presidencial para hablar de un asunto en concreto puede ser visto como presión, para mí no es así. Decenas de veces he ido, o me han invitado, a la Casa Presidencial a hablar de temas diversos, y en ningún caso eso lo puedo entender como “presionar”.

Ahora, no toda presión es negativa. Si para algunos “presión” se refiere a que haya autoridades a las que les preocupa un asunto y necesitan saber el estado de las cosas para ver cómo se logra avanzar, pues eso para mí es válido. Pero soy enfático en que en ningún momento aludí a presión de la Casa Presidencial, sino a una entendible y válida preocupación.

La mención de “inusual presión” fue una afirmación que englobó a la serie de personas que días previos se expresaron, según sus formas, por que las modificaciones debían ser aprobadas favorablemente, formas que desde luego uno puede respetar, pero no necesariamente compartir.

Concluyo diciendo lo que igualmente dejé muy claro en el momento de votar este tema en el acta 1421-2017: “Por eso, en esta sesión, y en los acuerdos que apoyaré, declaro que procuro ser estrictamente técnico, pienso y decido con autonomía, y lo hago basado en los cánones de probidad y legalidad que juré observar cuando asumí este cargo de directivo del que me siento honrado de ejercer, cánones que en todo caso son los mismos que observo fielmente desde mi inicio de carrera pública”

Cualquier interesado puede pedir y leer las actas desde que fui nombrado como director en Conavi, y podrá verificar no solo que el suscrito es un directivo enérgico en defender la legalidad en toda actuación del Conavi, sino además propositivo con el fin de ayudar en todo lo que se necesite por mejorar el quehacer de esa institución. Las actas dan fe de un directivo que en todo momento tiene la legalidad y la ética por bandera, y la autonomía de criterio como regla.

Christian Campos Monge

Cédula 1-886-315