Cumplimiento de las metas de la política energética nacional

La política energética sigue intacta y se está desarrollando como corresponde

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Me parece absolutamente injusto juzgar una política o estrategia de más de una década, como fue el planteamiento que la señora presidenta de la República hizo en julio 2010, con base en el transcurrir de unos pocos meses de gestión. Eso hizo el señor Trujillo recientemente en La Nación. Dado que me correspondió colaborar en su preparación, y releyendo lo afirmado en aquella época, debo concluir nuevamente que está debidamente enfocada y es la estrategia que marcará el futuro energético de nuestro país.

Estoy seguro de que el actual ministro del Minaet sabrá explicar los avances y los dilemas que afrontan los procesos de desarrollo energético. Sin embargo, dado que mi responsabilidad actual se orienta hacia el sector eléctrico, quisiera desmentir diversas tergiversaciones que algunos costarricenses podrían pensar que son ciertas.

Energías renovables. Primero, el eje central de la política busca asegurar que podemos duplicar la capacidad eléctrica en alrededor de una década y además que lo sea con energías renovables. Esto es lo que se ofreció y es lo que estamos haciendo, y bien. Si nos remitimos a la planificación de largo plazo, veremos ahora el sendero cubierto de plantas eléctricas renovables. Desde las grandes que lleva a cabo el ICE hasta las medianas y pequeñas que desarrollan las empresas distribuidoras y el sector privado.

El ICE programa retirar de servicio dos plantas térmicas y solamente convertir la planta de Moín de ciclo sencillo en uno doble. Esto permite generar 50% más energía con la misma cantidad de combustible. No hay más térmicas, las otras plantas son hídricas, geotérmicas, eólicas, biomasa e incluso solar. También estudiamos, como ofrecimos, estudiar la introducción de gas natural en lugar de petróleo, y lo estamos haciendo.

Hoy hay instalados 613 MW térmicos, que significan un 22% del parque generador. Esperamos que en diez años haya bajado al 13%. Eso hará que, dependiendo del caudal de los ríos en el verano, lleguemos a valores anuales medios de generación térmica menores al 5%, y a veces el ansiado cero combustibles.

El cumplimiento de metas de largo plazo se logra también en períodos de años y no en pocos meses, pues desarrollar una planta eléctrica toma desde 4 a 8 años, sea quien sea el que la construya.

Tarifas eléctricas. Veamos las tarifas eléctricas. Debo insistir en que Costa Rica mantiene los costos más bajos en Centroamérica, aunque algunos no lean bien las estadísticas. El precio promedio centroamericano es de $0,17, mientras que Costa Rica tiene $0,143. Con países que llegan a $0,22 por kilovatio hora. Pero eso no es lo importante. Lo trascendente es que aquí, en Costa Rica, podamos acceder a energías renovables y de los más bajos precios posibles. ¡Ese es el reto!

En el ICE estamos hoy día, con humildad, dedicados a revisar todos nuestros costos, tanto de operación como de inversión, para asegurarle a nuestros clientes que la porción que nos corresponde cumple con criterios internacionales de competitividad.

Pero recordemos también que debemos instalar las megaplantas, anclas del sistema, que son de mayores costos, y sin las cuales no se podrían aprovechar adecuadamente las otras de menor tamaño, por razones de seguridad operativa, de manejo de embalses de agua y sobre todo para impedir requerir grandes plantas térmicas en el futuro.

Hoy día buscamos comprar energías renovables a terceros que sean igualmente económicas, y deseablemente obtenidas con base en procesos competitivos. E impulsamos la autoproducción de las demás distribuidoras eléctricas.

La ley de contingencia eléctrica. Y hablemos de la Ley General de Electricidad y la de Contingencia Eléctrica. El Gobierno de la República, en agosto 2010 presentó al Congreso dicho proyecto de ley, cuyo fin fue establecer un consenso entre los extremos ideológicos. Propusimos por un lado evitar desmantelar al ICE y por otro asegurar que el sector privado participara en un mercado en competencia entre sí. De esta manera Costa Rica mantiene la fortaleza del ICE y, por otro, introduce inversión privada complementaria.

Sin embargo, con el transcurrir de los meses, dicho proyecto no tuvo el apoyo buscado, pues cada extremo no cedió e insistió en sus tesis. Y el tiempo transcurre a un alto costo para el país. Entonces se decidió dar una herramienta más para que el país pudiera asegurarse en el futuro cercano que no habría un incremento del parque térmico en el futuro: la ley de contingencia eléctrica.

Este proyecto, casi con mutuo acuerdo, facilita el camino a todos: a las distribuidoras eléctricas a producir más, a los privados a contar con reglas más claras, y al ICE a contar con mayores herramientas para cumplir con su responsabilidad de asegurar la satisfacción de la demanda eléctrica.

Todas estas facultaciones contribuirían a que se cumpla la estrategia energética planteada por el presente Gobierno.

Como podrán concluir los lectores de este estimable diario, la política energética sigue intacta y se está desarrollando como corresponde, y los que estamos en estos puestos transitorios haremos nuestros mayores esfuerzos por asegurar al país que la electricidad volverá a ser un factor positivo hacia la competitividad nacional.