Créditos educativos con reducción inicial de las tasas de interés

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WASHINGTON, DC – El año pasado fue importante para los países en desarrollo, aunque solo sea porque se le recordó al mundo sobre el verdadero valor que tiene la educación en dichos países. En efecto, Malala Yousafzai, la jovencita pakistaní que defendió el derecho de los infantes a ir a la escuela (incluso después de haber sobrevivido a un intento de asesinato de los talibanes) ofreció un aviso conmovedor de que no educar a un infante en el mundo en desarrollo es significativamente más costoso que sí hacerlo.

La educación está en el centro de las miradas y hay nuevas tendencias que están ganando impulso, varias de entre ellas se fusionan con “el financiamiento innovador”, un concepto preferido por los responsables del diseño de políticas de desarrollo y especialistas, en tiempos económicos difíciles. En particular, el surgimiento de los llamados créditos con reducción inicial de las tasas de interés podría alentar a países donantes renuentes a ofrecer financiamiento educativo.

Un crédito con reducción inicial de las tasas de interés es una transacción en la que un tercero adelanta el pago de una parte del crédito mediante una flexibilización de sus condiciones o mediante la reducción de la deuda principal, liberando así al país prestatario de algunas o todas sus obligaciones de reembolso futuro. Dado que el crédito con reducción inicial de las tasas de interés está condicionado al logro de una meta predefinida, dichas transacciones promueven financiamiento basado en resultados que posibilitan reformas cuantificables que, de otra manera, no se habrían realizado.

Las metas que están definidas adecuadamente abordan, por ende, una de las principales críticas dirigidas a la asistencia internacional. También, alientan a los prestatarios a invertir en proyectos con rendimientos de largo plazo que pueden no ser políticamente atractivos, como la capacitación de maestros.

Por desgracia, el sector educativo todavía está rezagado en lo que respecta a explotar el potencial del financiamiento innovador para el desarrollo, y los créditos con reducción inicial de las tasas de interés no son la excepción. En consecuencia, los pocos ejemplos de dichos créditos se han dado hasta ahora en iniciativas del sector salud.

La iniciativa del proyecto de erradicación de la polio en Nigeria y Pakistán, lanzada en el 2003 por el Banco Mundial, la Fundación Bill & Melinda Gates, Rotary Internacional y la Fundación Naciones Unidas, es un ejemplo primordial de cómo un programa de créditos con reducción inicial de las tasas de interés puede concentrar esfuerzos globales en un solo asunto y producir beneficios para todas las partes. El Banco Mundial adelantó en primera instancia los créditos de largo plazo con interés igual a cero para la compra de vacunas orales contra la polio en Nigeria y Pakistán, mientras que las otras tres entidades cubrieron los costos de servicio y obligaciones relacionados con los créditos.

Al final del proyecto (es decir, cuando una auditoría independiente considera que las vacunas llegaron a tiempo para la campaña, y la inmunización cubrió al menos el 80%) la Iniciativa liquidará los créditos al Banco Mundial. Entonces, el Banco Mundial cancelará el crédito y liberará a los receptores de cualquier responsabilidad futura.

Los créditos con reducción inicial de las tasas de interés podrían mitigar los flujos decrecientes de asistencia oficial para el desarrollo (AOD) destinada a la educación en países de bajos ingresos, que se redujo en un 10%, entre el 2010 y 2011; y en un 5% en el caso de la educación básica. Esto refleja la reducción del gasto de siete de los once principales donantes bilaterales. Los Países Bajos encabezaron la lista, con un recorte de su asistencia del 36%, mayor incluso que el del 31% de España, que ha estado tan afectada por la crisis. Japón también redujo su ayuda en un 30%, mientras que Francia y Canadá lo hicieron en el 25% y el 21%, respectivamente. Por su parte, Estados Unidos redujo su presupuesto en un 13%, y Noruega lo hizo en un 4%.

Puesto que los Países Bajos han sido desde hace mucho una de las naciones que más ha apoyado la educación básica, su decisión de reducir gradualmente sus programas en esta esfera fue particularmente singular. No obstante, más allá de las reducciones de la ayuda, los donantes también pueden hacer que para los países deudores sea más difícil pagar los fondos de asistencia que deben (y esto no se limita a los préstamos para la educación). Además, algunos donantes como Francia, Alemania y el Banco Europeo de Inversiones están presionando al Comité de Asistencia para el Desarrollo de la OCDE a fin de que cuente los préstamos no subsidiados como asistencia oficial para el desarrollo de modo que puedan cumplir sus objetivos en esta materia. Esto invierte la tendencia de las últimas décadas hacia el financiamiento basado en donaciones, especialmente para la educación básica.

Sin embargo, la educación, que es un bien público fundamental, no debe quedarse a la zaga en la búsqueda de ayuda no basada en donaciones. Los créditos con reducción inicial de las tasas de interés pueden ayudar a que el sector de la educación siga siendo “competitivo” y podrían ser un mecanismo para apalancar recursos adicionales dedicados a la educación, para la que los países con escasez de capital podrían no estar dispuestas a pedir otro tipo de préstamos.

A pesar de los beneficios potenciales, las muchas preguntas sin responder sobre los créditos con reducción inicial de las tasas de interés limitan su aplicación. ¿Qué países estarían dispuestos a participar, como prestadores o prestatarios? ¿Qué tipo de mecanismos de activación deberían especificarse para movilizar los fondos de esos créditos? ¿Cómo se decidiría si se han alcanzado estos objetivos?

Dichos planteamientos han guiado un estudio realizado por el Results for Development Institute para la Alianza Global para la Educación (GPE, por sus siglas en inglés). En este se analiza la aplicación del modelo de créditos con reducción inicial de las tasas de interés en otros sectores y examina las formas de emprenderlo en el área educativa.

El informe se enfoca en detectar cuáles países tienen necesidades básicas de educación y potencial para ser sujetos de crédito. Además, en el informe se examina cómo los mecanismos de incentivos de los créditos con reducción inicial de las tasas de interés podrían catalizar resultados, así como los aspectos operativos que surjan. Como siguiente etapa, el informe propone realizar un programa piloto y hacer consultas con los prestatarios, entidades de crédito y de financiamiento para resolver preguntas permanentes sobre su aplicación.

Este es un enfoque inteligente. Los créditos con reducción inicial de las tasas de interés pueden ser la solución necesaria para garantizar una asistencia estable y adecuada a la educación en países en desarrollo. Es tiempo de intentarlo.

Nicholas Burnett es director ejecutivo de Educación Global del Results for Development Institute.

Nisma Elias es asociada de programa del Results for Development Institute.© Project Syndicate.