Crecientes obligaciones de las empresas

Barómetro de Edelman 2023 revela que la confianza en las empresas supera a las ONG y a los gobiernos

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Carácter, del griego kharaker, significa “el que graba”. ¿Qué imprime carácter? El esfuerzo, el estudio, el trabajo, el amor. La virtud, según los clásicos. El bien arduo. Su cultivo es fundamental para la educación y el desarrollo de los ciudadanos.

Sin carácter, las sociedades se vuelven uniformes. Se desvigorizan, dejan de exigirnos. ¿Nuestra sociedad atraviesa una crisis de carácter? ¿Estaremos favoreciendo la cultura del esfuerzo?

El carácter imprime confianza. Una de las referencias en el estudio de la confianza es el barómetro de Edelman, que se presenta en la cumbre económica de Davos desde el año 2000.

El profesor Francisco J. Pérez Latre analiza el barómetro del 2023. El informe expone una encuesta que se realiza a 32.000 personas en 28 países de los 5 continentes. En el 2022, el barómetro hizo mención a las crecientes obligaciones de las empresas.

Sus deberes aumentaron como consecuencia de la crisis de liderazgo de los gobiernos. La confianza en las empresas (un 61 %) superó a las oenegés (un 59 %) y a los gobiernos (un 52 %). Los encuestados dijeron fiarse más de su empleador (un 77 %) que de otras instituciones, que comprarían y apoyarían marcas que coincidan con sus principios (un 58 %), que buscan lugares de trabajo de acuerdo con sus convicciones (un 60 %) y se mostraron dispuestos a invertir en marcas y empresas en sintonía con sus creencias y valores (un 64 %).

Para el 88 % de los inversionistas institucionales, los factores medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG, por sus siglas en inglés) debían recibir de las empresas igual atención que las finanzas o las operaciones.

Estos resultados reflejan tendencias que ya aparecían en el estudio del 2022. Las empresas mejoraron su puntuación en ética por tercer año consecutivo. Son la única institución considerada tanto ética como competente. Hay una brecha de hasta 11 puntos entre la confianza en las empresas (un 62 %) y la confianza en los gobiernos (un 51 %).

El informe muestra un colapso del optimismo económico. Solo el 40 % de los encuestados creen que ellos y sus familias estarán mejor dentro de cinco años, diez puntos menos que en el 2022. En 21 de los 28 países, la confianza es desigual. Se revela una grave polarización en seis países: Argentina, Colombia, España, Estados Unidos, Suecia y Sudáfrica.

Otros ocho —Alemania, Japón, Italia, México, Corea del Sur, Francia, el Reino Unido y Brasil— están en peligro de alcanzar también ese nivel. El recelo ante los gobiernos, la falta de identidad compartida, la desigualdad sistémica, el pesimismo económico, los miedos sociales y la desconfianza en los medios son los factores que impulsan la polarización.

La polarización grave fractura el tejido social. Hace que los pilares que sustentan la sociedad se vuelvan frágiles. Este informe destaca la tendencia hacia la conversión de la ideología en identidad.

Quienes se muestran dispuestos a colaborar con personas con visiones distintas son clara minoría. La profundización en las divisiones tiende a debilitar el tejido social, que ya no sirve como base para la unidad.

El 65 % de los encuestados aseguran que la falta de civismo y respeto mutuo no lo habían visto con tanta gravedad como ahora. Para el 62 %, el tejido social que tradicionalmente sostuvo los países se debilitó como base para la unidad y el bien común.

Los ciudadanos piensan que no afrontar las divisiones tiene consecuencias. Las cinco más citadas son el empeoramiento de los prejuicios y la discriminación, la ralentización del desarrollo económico, la posibilidad de violencia en las calles, la incapacidad para afrontar los desafíos sociales y el daño para las finanzas personales.

Estudios revelan que la confianza se vincula a la proximidad: los colegas de trabajo, vecinos, líderes de empresa, personas de la propia comunidad o país. Científicos y profesores, asimismo, se destacan como fuentes dignas de confianza.

Los hogares y las aulas son grandes forjadores de carácter. Las batallas requieren altas cuotas de carácter para salir adelante. Requieren menos espíritu de exhibición y más espíritu de sacrificio. Ojalá grabemos esto en la cabeza y conduzca a quienes están llamados a servir.

hf@eecr.net

La autora es administradora de negocios.