Costa Rica y la SIECA

El respeto a la institucionalidad pasa por designar un secretario de la Sieca

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La integración centroamericana es un anhelo de larga data de los países de la región. A lo largo de los últimos cincuenta años, en los que se ha trabajado por construirla y profundizarla, se han obtenido logros muy importantes. En especial, la integración económica de Centroamérica es un caso de éxito, que ha resistido divergencias políticas, cambios de modelo económico y desastres naturales y ha generado oportunidades de crecimiento para sus miembros y ha abierto nuevas oportunidades para las pequeñas y medianas empresas y para la consolidación de empresas regionales.

La continua construcción de este gran proyecto debe basarse en cimientos sólidos y estables, que permitan darle sostenibilidad en el tiempo. Esto pasa de manera primordial por contar con un marco compartido de reglas y principios que normen el actuar de los países en la región, así como por respetar y hacer respetar fielmente dicho marco.

Esta institucionalidad centroamericana –de por sí todavía muy débil– sufrió un duro golpe hace algunos meses cuando los otros países de la región se reunieron para forzar la salida de la persona que ocupaba el cargo de secretario de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (Sieca) y nombrar, sin contar con el consenso de Costa Rica, ni seguir el procedimiento establecido al efecto en los instrumentos regionales, a un nuevo secretario. Aquella vieja práctica de repartición de puestos, cual piñata regional, volvía a cobrar vigencia, en perjuicio del incipiente desarrollo institucional centroamericano.

La situación es muy grave. El Gobierno de Costa Rica, el sector privado regional y países amigos y cooperantes han manifestado su enorme preocupación y han hecho un llamado a los Gobiernos centroamericanos para revertir esta decisión y designar por consenso al titular de la Sieca, a través de un proceso que permita contar con un secretario reconocido por todos.

Por supuesto, ha habido y sigue habiendo resistencia. Las malas prácticas no son fáciles de desterrar y en Centroamérica, lamentablemente, a veces hay actores regionales, como el parlamento o la corte, que cobijan y defienden este tipo de prácticas.

La realidad, sin embargo, es que si queremos una Centroamérica mejor, más sólida y estable, es que no podemos renunciar a exigir el respeto a la institucionalidad y esto pasa, necesariamente, por designar un secretario de la Sieca por consenso y en apego a la normativa centroamericana.