Costa Rica necesita otro planeta

Fortalecer políticas públicas que puedan reducir la dependencia externa de alimentos

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El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por las siglas en inglés) publicó en octubre el informe “Planeta Vivo 2010”, que analiza indicadores globales de la salud de los ecosistemas de la Tierra de acuerdo con información sobre diferentes huellas.

Según el informe, de 1970 al 2007, el Índice Planeta Vivo (IPV), medida de las tendencias de la biodiversidad global, mostró una disminución del 30%, con mayor impacto en países tropicales –reducción del 60%– en relación con el IPV de países de clima templado, que creció en un 30%. La huella ecológica (HE), que mide la demanda de la humanidad sobre la biosfera en relación con la capacidad regenerativa del planeta (biocapacidad) y se expresa en hectáreas globales (hag), aumentó el 50%. Este desequilibrio significa que la población del mundo consumió más de lo que el planeta puede recuperar; por lo tanto, a este ritmo de consumo se requieren 1,5 planetas para satisfacer las necesidades del modelo de desarrollo.

Sin embargo, la HE varía en cada país según la población y el desarrollo económico: a mayor desarrollo mayor demanda. Así, Estados Unidos demanda hoy 8 hag por persona, por lo que requiere 4,5 planetas para sostener su nivel de consumo de recursos. Por tanto, si todos los países tuvieran un nivel de desarrollo similar al de EE. UU., se necesitarían 4,5 planetas para regenerar lo consumido.

País vulnerable. Podríamos pensar que ese panorama es preocupante para los países desarrollados y que Costa Rica, por su rica biodiversidad, segundo lugar mundial en volumen de agua por metro cuadrado, legislación de protección de recursos naturales –a veces no aplicada– no tiene por qué inquietarse. No es así, las huellas ecológicas citadas más los trastornos causados por el calentamiento global demuestran que el país es vulnerable, y que es urgente reforzar políticas de Estado para revertir formas de desarrollo que atentan contra la sostenibilidad de los ecosistemas. El informe de WWF señala que Costa Rica tiene una demanda de 2,8 hag por persona y una biocapacidad de apenas de 2,0; eso solo se puede sostener con 1,5 planetas para nuestras necesidades.

El gran reto del país es reparar tierras y asegurar alimento, mediante el fortalecimiento de la pequeña y mediana agricultura que aplica prácticas agronómicas amigables con el ambiente, como alentaron recientemente el Banco Mundial, el BID y la FAO. Es necesario recuperar tierras degradadas mediante la agricultura de mínimos insumos u orgánica, y hacer más productivas las tierras marginales con buenas práctica agrícolas para aumentar la biocapacidad. El Gobierno debe decidir un cambio radical hacia el suministro de energías renovables o limpias como la eólica o la solar para los sistemas de producción que se adapten.

La seguridad alimentaria y nutricional es vital para un país rico en recursos naturales, por eso es preciso fortalecer políticas públicas que coadyuven a reducir la dependencia externa de alimentos (arroz, frijol, cebolla, papa, etc.); es urgente controlar el consumo desmedido sin nutrición; es recomendable promover un consumo menor de carne y lácteos. El estado debe proveer de mecanismos para que los pequeños propietarios conserven sus tierras, que por falta de recursos se ven forzados a vender a grandes transnacionales para sobrevivir. Finalmente, es necesario reducir subvenciones para la energía fósil que conducen a la sobreexplotación y estimulan las grandes extensiones de monocultivos.