Copa del Mundo: una fuente de comercio e inclusión

Se prevé que más de 5.000 millones de personas verán la retransmisión del saque inicial de la Copa Mundial en Catar

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Ahora que estamos preparándonos para la celebración de una nueva Copa Mundial de la FIFA, tomamos conciencia de que el fútbol es el gran deporte de todos, además de un admirable ejemplo de cómo personas de distintas culturas, entornos y edades pueden reunirse para compartir una experiencia que apasiona a tanta gente.

Este año, el mundo contemplará fascinado a los artistas del balompié, entre ellos Kylian Mbappé, Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y el resto de los mejores futbolistas del mundo, practicar con maestría su oficio.

Se prevé que más de 5.000 millones de personas verán la retransmisión del saque inicial de la Copa Mundial de la FIFA en Catar, y el torneo contribuirá a fomentar la solidaridad en un momento en que el planeta parece más asediado que nunca por la guerra, la inestabilidad económica y diversas crisis.

El fútbol, como negocio que es, tiene que ver también con el comercio. Según estimaciones de la FIFA, la economía del fútbol mundial está valorada en $200.000 millones. Gran parte procede del comercio de bienes y servicios y del valor de la propiedad intelectual vinculada al “juego bonito”.

La FIFA, como organismo rector del fútbol, obtiene el 95% de sus ingresos de la venta de los derechos de difusión por radio y televisión y los derechos comerciales generados por la Copa Mundial. La comercialización de artículos relacionados con el fútbol moviliza también grandes sumas de dinero, como vemos por el gran número de hinchas que compran las prendas y complementos de sus equipos y clubes preferidos.

Todo esto se sustenta en los derechos de propiedad intelectual de los que son titulares los organismos rectores, los organizadores de los torneos, las selecciones nacionales, los clubes y los jugadores.

Las normas mundiales en materia de comercio establecidas por la Organización Mundial del Comercio (OMC) contribuyen a que esto sea posible. Es justo decir que la OMC, por el hecho de facilitarlo, es una de las entidades que más apoyan el fútbol internacional.

Sin embargo, no todos comparten los beneficios de esta economía. Si bien las ganancias de los derechos de difusión y los derechos comerciales contribuyen a prestar apoyo a las federaciones miembro de la FIFA pertenecientes al mundo en desarrollo, son muchos los países, las comunidades y las personas que no han podido aprovechar el negocio del fútbol.

Al igual que el comercio internacional, el fútbol es un instrumento esencial para el desarrollo económico progresivo, la inclusión y la equidad. Por consiguiente, bien está que la OMC y la FIFA se den la mano en el empeño de hacer llegar más allá del terreno de juego los beneficios derivados del crecimiento del fútbol masculino y femenino.

Un mecanismo fundamental para conseguirlo será diversificar las redes de proveedores que se nutren de la comercialización de artículos relacionados con la FIFA. El objetivo es tratar de derivar una parte mayor de la comercialización hacia los países más pobres y los millones de pequeñas empresas que constituyen el principal pilar de la economía mundial.

Por ejemplo, la OMC y la FIFA procurarán impulsar el uso de algodón procedente de países menos adelantados, como Benin, Burkina Faso, Chad y Malí —donde el algodón es un medio de subsistencia y fuente de ingresos de exportación especialmente significativa— para la confección de ropa deportiva y otros artículos de comercialización relacionados con la FIFA.

Las dos organizaciones realizarán un análisis conjunto de las cadenas de valor relacionadas con el fútbol a fin de encontrar oportunidades adicionales para promover resultados inclusivos.

La OMC y la FIFA instan a los fabricantes de artículos destinados a la comercialización a sumarse al “llamamiento a la acción”, realizado en julio del 2022 por la OMC, las Naciones Unidas y el Centro de Comercio Internacional, con el fin de que inviertan en la utilización de fuentes de abastecimiento de los países menos adelantados, que en la actualidad no forman parte de sus cadenas de suministro, y contribuyan así a la creación de valor añadido en esos países.

Las dos organizaciones tratarán asimismo de desarrollar actividades que aprovechen las posibilidades del fútbol para apoyar el empoderamiento económico, en particular el de las mujeres, y que arrojen luz sobre sus efectos económicos como motor de crecimiento económico global y sobre la función que desempeña en la promoción del comercio y el desarrollo planetarios.

El fútbol es una fuerza beneficiosa por la alegría que proporciona a los seguidores, pero puede serlo aún más si promueve la inclusión y el desarrollo económicos. Mediante una colaboración más estrecha entre las dos organizaciones, y la utilización del sistema de comercio y el fútbol como instrumentos para la inclusión económica, lograremos que el “juego bonito” brille con más intensidad.

Los autores son la directora general de la OMC y el presidente de la FIFA.