Contingencia eléctrica, a punto de pasar a emergencia

Actuemos ya,pues la contingencia eléctricaya está aquí

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Al inicio de la administración Chinchilla, se impulsó la discusión de dos proyectos de ley para prevenir la falta de electricidad, debido al cambio climático global y al crecimiento de la demanda de energía. Estos fueron la Ley de Contingencia Eléctrica, propuesta y liderada por el ingeniero Teófilo de la Torre, y la Ley para el Aprovechamiento de Energía Geotérmica en el Área de Conservación Guanacaste, respaldada por este servidor. Ambas fueron bloqueadas y rechazadas por una coalición de ambientalistas extremos, sindicatos y uno o dos periodistas que cambiaron el estudio y la investigación por oír su propia voz en redes. Ese error nos tiene a punto de pasar de la contingencia eléctrica a una emergencia con apagones como los que vive Panamá.

No más energía. Increíblemente, un grupo de “estudiosos” se unió al coro de oposición a esos proyectos bajo el argumento de que “no hace falta más energía”. Algunos de ellos, con grados de doctorado en la UCR, escribieron artículos en La Nación defendiendo esa tesis irreal y criticando la urgencia con que se presentaron estos proyectos, debido al panorama eléctrico.

Confronté a varios especialistas y les hice ver que no es correcto sumar la potencia o la capacidad instalada de una hidroeléctrica con la de una eólica o con una planta solar, porque una cosa es la capacidad de una planta para producir y otra, lo que realmente produce. A veces no hay agua, no sopla el viento o una nube impide que el sol nos irradie. Al final, las plantas hidroeléctricas producen incluso al 50% de su capacidad, mientras que las eólicas y solares tienden al 30%. Por eso, hay quienes defienden las plantas térmicas que usan derivados del petróleo, por su confiabilidad, pero estas tienen un costo hasta tres veces más alto que las renovables, y contaminan más.

Con ese error de sumar linealmente la potencia de las plantas, algunas personas han convencido a diputados y a activistas respecto de que no sufrimos contingencia eléctrica, cuando lo cierto es que sí la hay.

ICE y abastecimiento. El segundo argumento de oposición proviene de sindicatos e ingenieros del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), quienes consideran que la institución puede suplir toda la electricidad necesaria. Este argumento también es falaz, pues ignora y oculta el problema que enfrenta el Instituto: sus proyectos muestran costos crecientes por kWh, y esto comienza a pesar mucho en el costo de producción de las empresas ubicadas en nuestro país.

Recientemente, surgió del ICE una solución aparente y ha sido repetida por el presidente electo: “Hay que eliminar los impuestos a los combustibles que usa el ICE en sus plantas térmicas”. Esto sería un grave error por tres razones: aumenta el déficit fiscal, esconde el verdadero costo de la generación (que es mucho menor en el sector privado), y estimularía la demanda de combustibles al bajar su precio –importaríamos más petróleo, con mayor salida de divisas y contaminación–.

Aconsejo a Costa Rica, una vez más, que no sigamos paralizados por los errores de los “estudiosos” o por el espejismo sindical, pues corremos el riesgo de que la contingencia se nos convierta en emergencia.

Ya el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) nos anunció un 2014 más seco. Esto nos coloca en contingencia, y su efecto inmediato serán costos de electricidad más altos. Además, con menos lluvias en este año, el verano del 2015 sería más extremo y nos haría vivir la emergencia por apagones que ya padecen los panameños. Nuestros vecinos, interconectados en el Siepac, tampoco dispondrían de grandes excedentes para abastecernos.

Oiremos entonces las voces de los mismos y en los mismos programas de radio: “¿Por qué nadie previó esto?”. Y yo les diré: “Revisen sus tuits y los medios de años previos, revisen cuántas veces insistí en que la contingencia era ya, pero ustedes prefirieron insinuar oscuros intereses y promover la parálisis con falsos argumentos ambientales y errores conceptuales. Ustedes han llevado al país a la miopía: ignorar las señales de los costos crecientes de la electricidad, y posponer la discusión seria de la contingencia eléctrica”.

Refrescamiento de ideas. El debate de jóvenes en la recién terminada campaña electoral me encantó. Fue como dar un vistazo al futuro, su compromiso, su proceso de aprendizaje y su entusiasmo por servir a la patria. Sin embargo, me preocupa que, a pesar de los veranos más secos pronosticados por el IMN, algunos jóvenes del PAC piensan, según ellos dicen, que no hay contingencia eléctrica. Algunos argumentan que la interconexión centroamericana ayudará, pero escucho similares pronósticos de carestía de agua en países vecinos.

A estos jóvenes, y a todo el país, les diría que ya pagamos tarifas eléctricas más altas este verano del 2014. La contingencia eléctrica ya está aquí. No hay que esperar a que se den los apagones (la emergencia), pues será tarde.

Actuemos ya y aprobemos alguna de las leyes propuestas.