Condiciones para un desastre en Tonga

No se sabe exactamente cuándo, pero ocurrirán un gran terremoto, una erupción volcánica explosiva y un tsunami

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El sábado 15 de enero del 2022, el mundo volvió sus ojos hacia Tonga, país conformado por más de 150 islas. En una de ellas, Hunga-Tonga-Hunga Ha’Apai, ocurrió una enorme erupción freatomagmática, que si bien aún no está claro el mecanismo eruptivo, la causó una gran interacción del agua del mar con el magma.

Esta mezcla sumamente explosiva expulsó cenizas que alcanzaron Australia, a más de 3.000 kilómetros de distancia, la explosión fue escuchada a unos 10.000 kilómetros y las ondas atmosféricas le dieron la vuelta al planeta cuatro veces.

Al mismo tiempo, un tsunami golpeó las islas de Tonga. Con una altura de cuando menos 15 metros, viajó por el océano Pacífico a una velocidad inusualmente alta y afectó las costas de California, Japón, Chile e inclusive Costa Rica.

Recientes estudios científicos descubrieron que la velocidad del tsunami se produjo por una excitación de las ondas atmosféricas (ondas Lamb) que se acoplaron con la parte superficial del mar. El tsunami, disparado por la erupción volcánica, es considerado un desastre geofísico con un impacto intercontinental.

Otro descubrimiento reciente rompe un paradigma de la vulcanología. La altura de la columna eruptiva alcanzó los 58 kilómetros de altura y llegó hasta la mesosfera. Anteriormente se consideraba que las erupciones volcánicas no podían sobrepasar la estratosfera, es decir, subían como máximo 50 kilómetros.

Tonga se ubica en el archipiélago de las Polinesias, en Oceanía, y forma parte del cinturón de fuego del Pacífico, zona donde ocurren los más grandes terremotos y las erupciones más explosivas del planeta.

La baja altura de la mayoría de las islas Polinesias las expone a los cambios en el nivel del mar. Asimismo, debido a su remota ubicación, la evacuación después del tsunami era casi imposible. Todavía hoy se desconocen las víctimas y los daños sufridos. En su momento, las islas estuvieron totalmente incomunicadas, ya que los cables submarinos para proveer de internet a Tonga y Fiji fueron destruidos por el tsunami.

El momento del desastre fue muy desafortunado, puesto que ocurrió durante la pandemia de covid-19 y en aquel momento Tonga estaba cerrada a los extranjeros con el propósito de reducir el riesgo de infección. Solo tuvo un contagiado antes de la erupción volcánica.

Este tipo de medidas suelen considerarse “extremas”; sin embargo, en un país conformado por islas con baja capacidad de respuesta de los servicios de salud —Tonga dispone de solo 14 centros de salud y pocos especialistas— para atender a sus aproximadamente 100.000 habitantes, medidas de esta clase son necesarias. Posteriormente, poco a poco comenzó a recibir ayuda internacional y, con ello, los casos de covid-19 se incrementaron.

El cambio climático acelerado por la actividad humana es lo que produce el retroceso global de los glaciares y la subida del nivel del mar. Asimismo, produce la formación de ciclones que constantemente impactan en las islas de Tonga.

No se sabe exactamente cuándo, pero podemos afirmar que ocurrirá un gran terremoto y una erupción volcánica explosiva acompañados de un tsunami. Si agregamos a esto el incremento en el nivel del mar, es muy probable que Tonga y sus países vecinos sufrirán grandes desastres en un futuro.

Lo que ocurre en Tonga, dado por la combinación de condiciones adversas, demuestran que las acciones nuestras como seres humanos tienen repercusiones en comunidades que viven a miles de kilómetros, en islas consideradas un paraíso natural.

Los autores son vulcanólogos.