Campaña electoral y política social: ¿Habrá luces largas?

La política social enfrenta nuevos retos y dilemas que requieren más que administrar lo existente

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

En el mundo, la política social enfrenta nuevos retos y dilemas que requieren más que administrar lo existente.

El Estado costarricense invierte hoy en salud más recursos por persona que nunca antes, pero el gasto privado por persona es también el máximo registrado.

La población envejece, necesita buenas pensiones, pero también cuidados que no dependan solo de hijas o esposas dedicadas a ello tiempo completo. Más mujeres en el mercado laboral requiere hombres con licencias paternales y servicios públicos de cuidado infantil extendidos y de buena calidad.

Los divorcios son una tercera parte de los matrimonios, y se requieren mecanismos de política pública más capaces de velar por que los niños tengan padres, no solo madres, que cuiden y aporten dinero.

¿Abordará esta campaña electoral algunos de estos retos o girará en torno a la administración de un legado histórico excepcional, lamentablemente amenazado por el espíritu de, básicamente, conservar lo existente?

Tres son los escenarios:

No hacer olas: los partidos no ven en la política social mayores oportunidades electorales y le dan un papel marginal en la contienda electoral, de la mano, por supuesto, de un programa asistencial puntual que les permita decir que atienden la pobreza y conquistar el voto de sectores populares.

Propuestas-ambulancia: la campaña electoral aborda situaciones de emergencia como las reformas necesarias para asegurar la sostenibilidad financiera del régimen general de pensiones de la Caja, el de Invalidez, Vez y Muerte. El debate se centra en medidas incrementales para salir adelante.

Luces largas: la política social se propone dar saltos cualitativos y protagoniza la disputa por los votos, en cuenta de los sectores medios. Los partidos plantean soluciones al malestar ciudadano frente a programas existentes (como las listas de espera en la Caja), pero también abordan necesidades crecientes (como los cuidados de la población adulta mayor). Este escenario puede incluir, pero trasciende los dos previos.

Tomar medidas. Como el país no le puede seguir pidiendo milagros a una planilla laboral que financia salud, protección de la vejez, aseguramiento no contributivo, comedores y uniformes escolares, entre miles de cosas, la mirada larga supone dejar de patear la pelota en materia fiscal. Se requiere, también, mejorar la administración de los recursos públicos, maltrechos por dos décadas de deterioro de capacidades estatales, como bien lo muestra la crisis de liquidez en el régimen de pensiones de la Caja.

Para determinar en qué escenario nos ubicaremos, será decisivo conocer los temas que los candidatos priorizan para hablarle a la opinión pública. ¿Será aquello que genere menos vetos o propuestas atrevidas que “sacudan el panal“? Los medios de comunicación tendrán un importante papel en hacer las preguntas correctas.

¿Qué papel tiene la ciudadanía, dueña de los votos, en empujar a los candidatos al escenario de luces largas? Buena parte de la población se ha acostumbrado a los problemas de lo público y su principal energía se dedica a resolver su bienestar en lo privado… endeudarse, trabajar largas horas y, en general, buscar resolver privadamente las necesidades de educación, cuidados y protección a la vejez. No son sino atajos con innumerables y malos efectos secundarios.

A ver si en este 2017 los electores actuamos como si este fuera un país que se merece y que puede tener salud, educación, cuidados y pensiones de calidad para todos.

La autora es catedrática de la UCR.