Cambios urgentes en los hábitos de vida

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Aunque Costa Rica se destaca en el mundo porque ha elevado la esperanza de vida al nacer, en este momento no podemos contentarnos con ese indicador. Llegó la hora de efectuar otros análisis y determinar, por ejemplo, cuántos son los años que realmente está viviendo la población en forma saludable.

Esta preocupación es la que nos ha llevado a hurgar en las estadísticas institucionales y a efectuar estudios más finos que nos permitan tener un mapa más preciso de lo que está ocurriendo a lo largo y ancho del territorio nacional.

Este análisis también obliga a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) a enfrentar los problemas de salud desde otros frentes, a realizar intervenciones más costo-efectivas y a ser más creativos para poner a disposición servicios que permitan que la población sea más saludable; sin embargo, paralelamente se requiere del compromiso de todos y todas para introducir con mayor ahínco el concepto del autocuidado.

Llegó el momento. No se trata de un asunto de retórica. No. Se trata de que realicemos un alto en el camino y analicemos con sumo cuidado los hábitos de vida: la mala dieta, el sedentarismo, el consumo de tabaco y otras drogas, el estrés… Llegó el momento de frenar esas prácticas insanas, pues de lo contrario formaremos una legión de pacientes hipertensos, diabéticos, cardiópatas, dislipidémicos… adheridos a tratamientos farmacológicos que, en la mayoría de los casos, deben tomarse de por vida.

No puede ser que la mitad de la población realice poca o ninguna actividad física y que el 87,7% no tenga un consumo óptimo de frutas y verduras, pese que existen suficientes evidencias científicas sobre el efecto protector de estos nutrientes.

El llamado es sencillo y no admite dilaciones, pues ya estamos viendo los efectos del escaso autocuidado que tiene la población: casi un millón de hipertensos, poco más de 260.000 diabéticos y cada vez pacientes más jóvenes con infartos.

El año pasado fallecieron por enfermedades cardiovasculares 5.626 personas –un 28,6% de la totalidad de las muertes que se registraron en ese periodo en Costa Rica–, es decir, un promedio de 15 personas por día. De esas muertes 157 se produjeron en personas por debajo de los 40 años de edad.

El año pasado, la CCSS destinó ¢117.405 millones a la atención de pacientes cardiópatas, lo que implicó una inversión de $10,3 millones en medicamentos y diversos tratamientos.

En la CCSS estamos dispuestos a repensarnos para aumentar todas aquellas intervenciones que nos permitan frenar esta vorágine, pero poco se logrará, si como población no asumimos la responsabilidad de cuidar nuestro cuerpo y lograr así más salud y menos enfermedad. Este cambio lo debemos hacer ya, sin dilaciones.