¿Auténticos?

Necesitamos regenerar y restaurar el país de tanta corrupción

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Parece ser que las especialidades que más están creciendo en el mundo occidental son la cirugía estética y la psiquiatría. Las crisis se están dando en la economía, en la política, en las instituciones, pero sobre todo en las personas. Hace poco leí un profundo artículo del Dr. Enrique Rojas, catedrático de Psiquiatría, “Ser auténtico en tiempos convulsos”, publicado en el periódico español El Mundo . Nos pone a reflexionar sobre la necesidad de ser auténticos en tiempos de confusión e incertidumbre, en tiempos de desencanto.

No es fácil ser auténtico. Vivir como se piensa. Tener autoridad. No engañarse ni engañar. Aceptar los fallos y corregirlos. Tener una sola cara. Dejar las poses. “Tener un solo lenguaje frente a uno mismo y los demás”. “En la sociedad actual hemos ido produciendo, fabricando, seres humanos cada vez más endebles, frágiles, inestables, resbaladizos sin criterios sólidos”. En un entorno permisivo donde “todo vale” ¿será fácil vivir con rectitud y responsabilidad?

Transcribo del texto original las cinco notas que señala el Dr. Enrique Rojas para describir a una persona auténtica:

1. “Es verdadero consigo mismo: es decir su comportamiento es claro, nítido y cuando dice una cosa dice lo que siente y lo hace siendo responsable de esa afirmación.

2. Ama la verdad por encima de todo: la verdad que uno es, la verdad de otro y la que se refiere a lo que es el mundo actual y a lo que nos rodea. El demagogo, dice lo que la gente quiere oír y oculta la realidad de lo que está pasando, el demócrata dice la verdad y trata de mejorarla en lo posible. El que es auténtico llama a las cosas por su nombre y es capaz de ir contracorriente aunque la mayoría diga otra cosa, evita la mentira y la personalidad múltiple y el cambio de chaqueta y la psicología del rumor malintencionado.

3. Esa persona se esfuerza porque dentro de ella existan el menor número de contradicciones posibles. No se puede ser de izquierdas y vivir como uno de derechas. No se puede amar la cultura y pasarse el día pegado a la televisión, no se puede ser cristiano y odiar al que piensa de forma diferente a nosotros. No hay verdadero progreso personal sin lucha, sin esfuerzo por limar y pulir lo que estorba, lo que no va bien. Se tarda en llegar a ser auténtico, no es un camino carretero sino empinado pero al final del mismo se encuentra la alegría.

4. La persona auténtica sabe a qué atenerse. Tiene una orientación general en cada circunstancia para vivir desde sí mismo. Depende poco de lo de afuera y mucho de lo de dentro, de sus propios criterios. La presión externa le influye poco y no dice que algo es verdad porque lo diga la mayoría de las estadísticas.

5. Auténtica es una persona íntegra, de una pieza, con una conducta estable, que dice lo que piensa sin ofender y que ama la rectitud. Huye de la apariencia de dar una imagen hacia fuera y una distinta hacia dentro, saber defender en cualquier ambiente nuestras ideas y creencias, aunque caigan mal, o no estén de moda, o no sean políticamente correctas. Ésa es su grandeza y también su exigencia”.

Las campanas doblan para todos y muy especialmente para aquellos que están revestidos de autoridad: padres de familia, maestros, gobernantes, autoridades civiles, empresarios, sacerdotes, políticos, etc. para luchar por esforzarnos en ser coherentes. Devolvamos a Costa Rica la verdad sobre sí misma. Necesitamos regenerar y restaurar el país de tanta corrupción. De tanta hipocresía. Edifiquemos una sociedad sólida y de mayor categoría humana. Esta es la cumbre a escalar. Empecemos por nosotros mismos. Seamos auténticos.