Alto a la lesbofobia

Necesitamos detener la violencia y discriminación contra las lesbianas

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En nuestra Constitución Politica se consagran derechos, los cuales protegen a los ciudadanos costarricenses contra todo tipo de discriminación. Entiéndase por discriminación la separación de grupos de personas por la formación de ciertos criterios.

Con base en lo anterior, es necesario indagar sobre el tipo de discriminación que sufren las mujeres con preferencias sexuales lésbicas.

En nuestro país, desde la década de los ochenta existían organizaciones contra la lesbofobia. Un ejemplo de ello es el Movimiento Ecuménico de Fe, el cual consistió en un movimiento religioso latinoamericano, con representación en Costa Rica, que celebraba misa para gais y lesbianas, bajo la premisa de que dichas personas no tenían por qué renunciar a su espiritualidad.

Otro ejemplo de ello es Colectiva Lésbica Feminista Las Entendidas, que aparece en 1985 y desaparece en 1990, aproximadamente. Su agenda principal fue la organización de un grupo de apoyo para lesbianas y de actividades político-académicas.

Esto es prueba clara de que en nuestro país hay, desde hace muchos años, organizaciones que luchan día a día contra la lesbofobia.

Sin embargo, a pesar de estas batallas, las lesbianas sufren discriminación en el trabajo. Hay casos en que son violadas como castigo o como “tratamiento” para su sexualidad.

Una de las formas abiertas de discriminación es la siguiente: a las lesbianas en nuestro país se les dice vulgarmente “marimachas”. Esta es una de las percepciones negativas. En esto influye la religiosidad y el modelo de familia que nos enseñan desde niños(as), el modelo heterosexual, reconocido social y religiosamente. Necesitamos, como país, hacer un alto a la violencia y discriminación contra las mujeres lesbianas y detener el rechazo que sufren por parte de sus familias y amistades, entre otros.

Magdalena Mora Asesora en Género y Diversidad Sexual, Fundación mundial Déjame vivir en paz.