Aduanas ineficientes

Hay que dejar de inventar recetas ticas. Todo está inventado en el primer mundo

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El sistema aduanero nacional tiene como objetivos, entre otros, ejercer el control aduanal en territorio nacional, controlar las mercancías que ingresan a nuestro país, cobrar sus aranceles y servir de barrera inicial en materia sanitaria y fitosanitaria.

Nuestro sistema aduanero es evaluado por el Banco Mundial. En la medición hecha por ese ente mediante el índice de desempeño logístico estamos en la posición 113 entre 160 países.

Considerando que la política de apertura comercial de los últimos 30 años nos ha brindado la oportunidad de establecer tratados de libre comercio con países tales como Estados Unidos, Canadá, Francia, España, Holanda, Alemania, Chile, México, Panamá y China, pareciera una necesidad ineludible actualizar la legislación aduanera y, por consiguiente, lograr que nuestro país sea atractivo para el comercio y no lo que está sucediendo actualmente: nuestro sistema aduanero desestimula el comercio aunque existan mil tratados.

Nuestros gobernantes deben reaccionar proactivamente y entender que la lentitud y antigüedad del sistema aduanero producen un encarecimiento de los productos importados y, por ende, un golpe directo al consumidor nacional.

Necesidades. Ya hay que dejar de inventar recetas ticas cuando todo está inventado en el primer mundo. Es necesario que los escáneres entren en funcionamiento para la mercancía que ingresa y la que sale; es necesario que empresas verificadoras confronten los precios de las mercancías que declaran los importadores; es necesario que la declaración del valor de los productos que ingresan al país sea utilizada por la Dirección General de Tributación directa a la hora de calcular las utilidades de las empresas; y es urgente que se vislumbre el sistema aduanero como un servicio que brinda el Estado a los particulares y no como un sistema de bloqueo a los importadores y exportadores de Costa Rica.

Pretender integrarnos a tratados comerciales más grandes, como lo son la OCDE y la Alianza del Pacífico, con el sistema aduanero actual es tener una autoestima muy alta. Es creer que, aunque no ofrecemos nada, todos quieren hacer negocios con nosotros.

El autor es abogado.