A puro feeling

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Cuando un ejecutivo estudia anticipadamente sus objetivos y acciones, y sustentan sus actos no en corazonadas, sino con algún método, plan o lógica, está planificando.

Los planes establecen los objetivos y definen procedimientos adecuados para alcanzarlos.

Una de las grandes críticas que yo les expongo a mis alumnos en su curso de Planificación vial, es que el resultado de las obras civiles en nuestro país pocas veces se basan en estudios técnicos serios o en planificación de proyectos.

Desgraciadamente, cada cuatrienio las ideas cambian, y cuando se han tenido identificados los objetivos, los obstáculos saltan. Las decisiones, en su mayoría políticas, carecen de un sustento técnico-numérico, y los pocos planes serios se archivan, muchas veces vapuleados por los que nunca aportan nada, exceptuando sus refriegas doctrinales en contra de todo aquello que parezca progreso.

El Plan Vial Nacional 2006-2020, esfuerzo de la Asociación de Caminos y Carreteras del Costa Rica, y el único plan, en materia de vialidad, serio y fundamentado técnica y económicamente en los últimos 40 años, ha sido relegado al escritorio de algún burócrata.

Mientras que Panamá construye la obra civil más grande del mundo, la ampliación de su canal interoceánico, y su gobierno le apuesta al mismo tiempo a la construcción en 38 meses (¡Sí!, leyó bien' 38 meses) de un metro interurbano, con una inversión superior los $1.000 millones, nuestro entorno de Obras Civiles se circunscribe a la reparación de la junta de expansión de un puente (la mal llamada “platina”), las votaciones del sindicato Japdeva para ver si el puerto seguirá cerrando en cada fiesta patronal, y al atraso irremediable de la radial Heredia-Alajuela, pues igual que sucedió en Zapote-San Francisco, San Francisco-La Colina y tantos otros proyectos gubernamentales. Las instituciones públicas encargadas, invadidas de un derrotismo moral y mental, lo único que saben hacer eficientemente es, incumplir su trabajo y cobrar sus convenciones colectivas.

Así de oscuro e irónico es nuestro panorama. Tan irónico, que lo único que está en funcionamiento de las líneas intersectoriales es la señalización vertical, pues los buses llevan tres años guardados ya que algún hijo de vecino apeló 1 de las 7 rutas, y se trajo el proyecto al suelo. Es por esa razón que los que viven en Tibás y van hacia Moravia pierden dos horas de sus vidas y el país pierde millones de dólares en costos de operación. Así de irónico. Y para terminar el cuento de horror, tras un proceso de adoctrinamiento de años al cual ya nos habíamos acostumbrado –y con lo que cuesta que el costarricense aprenda a cumplir las leyes y regulaciones–, ¡zas!, el Ministro de Obras Públicas desmantela la restricción vehicular en el casco metropolitano.

Señor Ministro: ¿cuáles fueron los estudios técnicos que utilizó su cartera para tomar semejante decisión? ¿Productividad? ¿Índices económicos? ¿Aumento en los costos de operación? ¿ Se evaluó costo-beneficio? ¿Temas ambientales? ¿Ahorros en la factura petrolera debido al decremento en la intensidad vehicular?

Si tiene los estudios técnicos, le ruego se los muestre al país, para que no parezca esta, como la mayoría de las decisiones tomadas en obras viales, a puro feeling'