A propósito del 9 de diciembre

El aniversario de la incorporación del Partido de Nicoya al país se celebra hoy

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Cuando se trata de historia, el sentido común, que no siempre es el más común de los sentidos, generalmente opera distinto. Muchas personas saben que celebramos el 25 de julio, pero muy pocas saben sobre el 9 de diciembre. Al parecer, alguien mueve las fichas de un ajedrez de acuerdo con sus intereses y no con la realidad.

El mundo está lleno de buenas acciones, pero lo que debería contar son los hechos. El 25 de julio de 1824 se llevó a cabo un hermoso acto por parte de los habitantes del Partido de Nicoya que convocaron a un cabildo abierto para solicitar su incorporación al Estado de Costa Rica, no porque nuestro país deseara robar estas hermosas tierras a un pueblo vecino, sino porque la calidez, cordialidad, cariño y respeto que sentían esos pobladores por Costa Rica los inclinaba más de este lado que de aquel; súmese a esto la delicada situación política de Nicaragua con la guerra civil entre León y Granada.

Según la historia, nuestro gobierno envió copia del documento a las autoridades gubernativas de la Federación y el 29 de enero de 1825 resolvió que los pueblos de Nicoya y Santa Cruz debían considerarse interinamente agregados al Estado, pero como las cosas caminaban muy lento en aquellos días –por lo visto no hemos cambiado mucho–, los vecinos más importantes de las zonas en cuestión se presentaron el 25 de setiembre de 1825 ante don Cupertino Briceño, jefe político, y le manifestaron el deseo de autorizar a don Pablo de Alvarado, residente de Guatemala, para que en persona y en representación de Nicoya, consiguiera la confirmación de la solicitud hecha.

Incorporación de Partido de Nicoya. Es así como el Congreso Federal sancionó el 9 de diciembre de 1825 la incorporación del Partido de Nicoya a nuestro país.

Lo anterior, por supuesto, incrementó las diferencias limítrofes entre Costa Rica y Nicaragua pues el asunto del Guanacaste constituyó una fuente de alegatos y amenazas de guerra que hasta el día de hoy parece generar roncha en el norte.

“El Congreso Federal de la República de Centro América, teniendo en consideración las reiteradas solicitudes de las autoridades y cuerpos municipales de los pueblos del Partido de Nicoya, sobre que este sea segregado del Estado de Nicaragua y agregado al de Costa Rica; la unión que de hecho verificaron los mismos pueblos a dicho Estado de Costa Rica en la época de las conmociones de Nicaragua; y la situación local del propio Partido, ha venido en decretar y decreta:

Art. 1.° -Por ahora y hasta que se haga la demarcación del territorio de los Estados que previene el art. 7.°de la Constitución, el Partido de Nicoya continuará separado del Estado de Nicaragua y agregado al de Costa Rica.

Art. 2.°- En consecuencia reconocerá dicho Partido a las autoridades de Costa Rica, y tendrá en su legislatura la representación que le corresponda.

Art. 3.°- Este decreto se comunicará a las Asambleas de Nicaragua y Costa Rica. Pase al Senado. Dado en Guatemala a 9 de diciembre de 1825”.

Costa Rica aprecia lo bueno, pero eso no significa que lo hurte. Nos gustaría que Rubén Darío fuese hijo predilecto de Desamparados, pero no se puede porque es nicaragüense.

Probablemente, sería un placer y un orgullo que Luis Enrique Mejía Godoy o PerroZompopo fuesen turrialbeños o que la hermosa Granada fuera una increíble octava provincia, pero les pertenece a los del norte y no por eso deja de ser bella y apreciada.

Volvamos los ojos hacia el futuro y no sigamos cometiendo los mismos errores del pasado; este 9 de diciembre celebremos la decisión trascendental de un hermano que, de manera libre y soberana, eligió vivir de este lado del río San Juan que, por cierto, es de Nicaragua.