Una oportunidad en espera

El puesto de Tablillas podría sobrepasar a Peñas Blancas en importancia. La ruta acorta en 160 kilómetros el recorrido entre Puerto Limón y la frontera norte

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Costa Rica y Nicaragua acordaron abrir el puesto fronterizo en Tablillas de Los Chiles en 1995. En el 2011, el país vecino inició las mejoras requeridas en su territorio. Los nicaragüenses construyeron un puente, la carretera, oficinas de aduanas, migración, Policía y control fitosanitario.

En el lado costarricense solo hay un toldo y un contenedor. El primero sirve para hacer las inspecciones de aduanas, incluida la vigilancia contra el tráfico de drogas. En el contenedor operan los sistemas informáticos.

A falta de obras, en nuestro territorio hay estimaciones del tiempo necesario para construirlas. Si todo sale bien, podrían estar listas en el 2020, pero mucho depende de un fallo de la Sala Constitucional sobre objeciones planteadas contra la segregación de una parte de la zona protegida para crear un refugio de vida silvestre.

El puesto no es un punto más de la geografía común entre Nicaragua y Costa Rica. Pronto podría sobrepasar a Peñas Blancas en importancia. La ruta de Tablillas acorta en 160 kilómetros el recorrido entre Puerto Limón y la frontera norte, es decir, el transporte entre nuestro país y todo el Istmo centroamericano. La conexión será cada vez más importante para el Atlántico costarricense, cuyos puertos remozados estarán listos en poco tiempo. El Valle Central y todo el resto de la ruta tradicional hacia Nicaragua también se verán beneficiados con la disminución del tráfico de furgones.

Las ventajas son muchas para Costa Rica y el Istmo. Por eso Nicaragua cumplió con prontitud. Nuestro país, sin mencionar la acción planteada ante la Sala Constitucional, todavía espera la aprobación de un empréstito en la Asamblea Legislativa. Son $100 millones para modernizar todas las instalaciones aduaneras terrestres. A Tablillas le corresponden $12 millones. El Congreso aprobó el crédito en primer debate, pero fue sometido a consultas antes de la segunda votación.

La aprobación del préstamo será apenas el inicio de un largo recorrido burocrático. Sigue la publicación de los términos de referencia del concurso público, la contratación del gestor, la elección de las empresas constructoras, el diseño y los planos constructivos. Cada paso implica trámites y satisfacción de requisitos.

El valor estratégico del proyecto es indudable. También la necesidad de mejorar los demás puestos fronterizos. El empréstito de $100 millones no es obra de la casualidad. El gobierno decidió contraer la deuda con base en un estudio de la Fundación Georgia Tech que señaló los efectos nocivos para la competitividad del estado de las instalaciones y equipos en Peñas Blancas, Paso Canoas y Sixaola. La ausencia de Tablillas aumenta en mucho el lastre impuesto a la competitividad.

Y es que el nuevo puesto fronterizo de Los Chiles está ausente, para todo efecto práctico, pese al remedo de instalaciones emplazadas en el lugar. Los vecinos son los primeros en advertirlo cuando señalan la ausencia de los cambios esperados en la comunidad y su economía. Más bien lamentan el golpe al negocio de los lancheros porque ahora el tránsito, casi exclusivamente de personas, se hace por tierra.

En la zona no existe la infraestructura vial necesaria para soportar el paso de camiones entre los países centroamericanos y Limón. La carretera entre Los Chiles y Ciudad Quesada es estrecha y, en varios puentes, el tránsito en direcciones opuestas debe turnarse para pasar, como sucede en el río San Rafael, en Muelle de San Carlos, donde se forman congestionamientos hasta de veinte minutos con el tráfico actual.

El puesto fronterizo de Tablillas es una oportunidad de negocios de mucha importancia. La inversión para ponerlo en funcionamiento a tiempo es relativamente modesta, incluso si se considera la necesaria mejora de la red vial. Es una locura sacrificar el aprovechamiento de tantos beneficios en el altar de la burocracia.