Una buena noticia del café

El café y el banano son buenos ejemplos de como, en materia de comercio exterior, es posible aprovechar sus ventajas comparativas

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El café dejó de ser nuestro principal producto de exportación desde hace bastante tiempo, pero continúa siendo muy importante. Del cultivo del café, muy democrático porque no incorpora sensibles economías de escala (los pequeños cafetales pueden competir sin problemas con los grandes), dependen muchas familias y empresas costarricenses. La calidad de nuestro café es reconocida mundialmente y hasta del papa Francisco ha recibido alabanzas.

Sobra decir que nuestros cafetaleros (productores, beneficiadores y exportadores) han logrado competir con éxito a escala internacional, adoptando oportunamente los cambios que requiere el mercado. Hoy, no solo compiten con Brasil, sino también con Vietnam, que pasó a ser gran productor, Colombia, Jamaica y muchos otros países del orbe.

Por ello es bienvenida una nota corta publicada el 27 de junio (“Planta de café ofrece mayor productividad”), donde se informa sobre un nuevo híbrido de café denominado F1, desarrollado por el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie) y otros entes, que permite producir (¡léase bien!) entre un 30% y un 50% más que las especies tradicionales, y generar una taza de mejor sabor. La variedad presenta otras virtudes, como el ser más tolerante a cambios climáticos y a algunas enfermedades que afectan a la planta.

Lo que procede ahora es que el asunto pase de su estado experimental a la aplicación y, para ello, precisamente, el Catie ha abierto los canales del caso. Estamos seguros de que muchos productores del país lo aprovecharán.

El café y el banano son buenos ejemplos de como, en materia de comercio exterior, es posible, en particular tratándose de países pequeños como Costa Rica, que no pueden confiar su crecimiento solo al mercado interno, aprovechar sus ventajas comparativas. Estas consisten, en los casos citados, en clima y terrenos adecuados, pero en otros se trata de ventajas adquiridas con esfuerzo sistemático, como muestra la gran variedad de bienes y servicios que Costa Rica exporta a todo el mundo.

El proteccionismo del pasado, y por el que muchos voceros de países pequeños y grandes hoy parecen abogar, reduce el bienestar mundial, pues impide a los consumidores tener acceso a productos de alta calidad y cómodo precio. También, porque restringe innecesariamente la posibilidades de que los trabajadores obtengan buenos salarios en industrias y actividades que suplen el mercado local y el internacional. Pero para tener éxito en un mundo globalizado, de alta competencia, es necesario contar con recurso humano lo suficientemente educado –en teoría y práctica– para desempeñar los puestos que demanda el sector productivo.

También es necesario que la infraestructura (física y de procedimientos) sea adecuada al propósito, el entorno macroeconómico estable y el ambiente favorable para las empresas.

Como se observa, además del esfuerzo del empresario y del trabajador individual en lo que a ellos corresponde, el Estado tiene a su cargo importantes funciones en el campo de los bienes públicos (ej., infraestructura, administración de la justicia) y meritorios (salud y educación básicas) que debe desempeñar de la mejor manera, constituyendo un apoyo y no una carga para el sector productivo.

El caso objeto de este comentario editorial es destacable. El Catie, una universidad internacional agrícola, combina la ciencia, la educación de posgrado y la innovación para el desarrollo de los países de América Latina y el Caribe. El trabajo que promete aumentar la productividad y calidad de una variedad de café es muy bienvenido. También lo es en nuestro medio la labor de la Coalición de Iniciativas para el Desarrollo (Cinde) en la atracción de inversión extranjera y la de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).

“Por sus frutos los conoceréis”, dice el dictado bíblico. Por sus frutos también hemos de conocer cuán eficaz se desempeñan el sector privado y las agencias públicas y multilaterales. La noticia del híbrido F1 definitivamente nos llena de alegría.