Riesgos de salir en la foto

La Casa Presidencial dio el paso al frente para cosechar méritos por la atracción del proyecto Discovery Costa Rica y su cuantiosa inversión

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Apenas se anunció la inversión inicial de $400 millones en un parque temático con la marca Discovery, el gobierno se esforzó por salir en la foto. Las declaraciones oficiales dieron a entender que la cuantiosa inversión en Guanacaste, con un chorro de millones de dólares más después de la multimillonaria primera etapa, fue producto de dos años de paciente trabajo.

La Casa Presidencial dio el paso al frente para cosechar los méritos y el presidente, Luis Guillermo Solís, destacó las condiciones creadas en su administración para la atracción de inversiones. La presentación del proyecto Discovery Costa Rica se celebró en el Teatro Nacional, el 18 de abril, en presencia del mandatario y de la segunda vicepresidenta, Ana Helena Chacón. También asistieron el ministro de Ambiente y Energía, Édgar Gutiérrez; el de Turismo, Mauricio Ventura; el interino de Comercio Exterior (Comex), Jhon Fonseca; y el de Comunicación, Mauricio Herrera.

Pero el viernes 4 de agosto la desarrolladora Sun Latin America reconoció la existencia de negociaciones en curso sobre el contrato con Discovery Communications Inc. para el uso de su marca comercial. El gobierno no esperó detalles sobre las dificultades sometidas a discusión y de inmediato tocó retirada. La Casa Presidencial, tan ansiosa de figurar, hace cuatro meses, en los anuncios de la enorme inversión, de pronto se quedó muda y refirió las consultas a otras dependencias estatales.

Ahora, la vicepresidenta Chacón describe la intervención del gobierno en términos mucho más modestos: “Como gobierno, lo que hemos hecho es asegurar que las personas, cuando hacen el anuncio de que vienen al país, tienen todos los permisos”. Sobre todo, afirmó, era importante asegurar el cumplimiento de las regulaciones ambientales. En otras palabras, el Ejecutivo no atrajo la inversión, en realidad solo se preocupó por asegurar el cumplimiento de nuestras leyes.

El ministro de Comercio Exterior (Comex), Alexánder Mora, tampoco enfatizó los largos trabajos preparatorios mencionados durante la presentación del proyecto y más bien señaló que el gobierno participó en el anuncio cuando las empresas involucradas le presentaron la iniciativa y confirmaron que estaban listas para su lanzamiento. De nuevo, el gobierno prácticamente no hizo nada.

Eso no explica los bombos y platillos de hace cuatro meses, ni las alusiones a largos años de empeño y al papel del Ejecutivo en la atracción de la inversión, cuyos efectos benéficos irradiarían desde un punto ubicado a 5,3 kilómetros de Liberia y a 2,3 kilómetros del aeropuerto internacional Daniel Oduber, a partir del 2018, fecha de inicio de la obra cuya apertura se daría dos años más tarde.

Si el proyecto llegara a concretarse, todos lo celebraremos, pero el gobierno debe ser mucho más cauto. El ánimo de figurar no lo debe conducir a comprometerse con iniciativas no consolidadas, no solo por la posibilidad de quedar en ridículo, sino por la credibilidad prestada mediante su intervención a proyectos financiados con participación de múltiples inversionistas.

El empresario hotelero y expresidente de la Cámara Costarricense de Hoteles (CCH), Gustavo Araya, se expresó precisamente en ese sentido cuando hizo votos por que la experiencia no sea desperdiciada. El riesgo de que los costos algún día pasen del ridículo y el desencanto es considerable. Desafortunadamente, la tentación de aparecer en la foto y reclamar méritos es muy grande. Nuestros políticos, pese a las admoniciones de don Gustavo, volverán a tropezar con la misma piedra.