Posibilidades de mejora en la competitividad

Costa Rica obtuvo una posición destacada, pues logró ‘avanzar’ siete escalones en el último ranquin y se colocó en la posición 47 de 137 naciones

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En el Informe Global de Competitividad 2017-2018, elaborado por el Foro Económico Mundial, Costa Rica obtuvo una posición destacada, pues logró “avanzar” siete escalones en el ranquin y colocarse en la posición 47 de 137 naciones consideradas en el recién publicado estudio. Nos ubicamos en el segundo lugar de la región latinoamericana después de Chile, ubicado en la primera posición.

El índice pondera una serie de factores agrupados en 12 pilares (macroeconomía, instituciones, infraestructura, innovación, etc.). Es importante analizarlos con detenimiento. Nuestro país sobresale en educación y salud, lo cual es resultado de medidas adoptadas hace mucho tiempo y, también, en áreas influenciadas por la liberación de la economía y la apertura en telecomunicaciones a raíz del Tratado de Libre Comercio Con Centroamérica y los Estados Unidos. Sin embargo, tenemos malas calificaciones en materias como corrupción, desconfianza frente a los políticos, ineficiencia del gasto público, ineficiencia del Poder Judicial para resolver disputas y costos asociados con el crimen y la violencia, así como en infraestructura física, donde desafortunadamente mostramos una enorme incapacidad para corregir el rumbo.

El Dr. Víctor Umaña, director del Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible (CLACDS), de Incae, centro de estudios participante en el ejercicio, señala en un artículo recién publicado en este medio (“ Costa Rica: la agenda de competitividad de hoy y mañana ”, 27 de setiembre, 2017), que el “avance” de Costa Rica no es tan significativo, pues en las variables sobre las cuales en principio tenemos control, como las mencionadas, las calificaciones de los últimos años fluctúan entre 4,3 y 4,5 (de un máximo de 7), lo cual es bajo. Por ende, nuestro avance se debe a la caída de otros en sus calificaciones, no a nuestros adelantos.

Pero es muy importante que el Foro Económico Mundial nos situé en una posición privilegiada al compararnos con los demás países latinoamericanos en materia de competitividad, aunque no deberíamos conformarnos, pues mucho podemos —y debemos— mejorar. La adopción de las medidas correctivas está en nuestras manos. Entre las debilidades, señaló el Dr. Umaña, destaca una tendencia observada desde hace diez años y que sigue el patrón regional. Se trata del deterioro de las instituciones encargadas de definir las reglas del juego y que se sostienen por el imperio de la ley.

El Informe Global de Competitividad es un documento muy útil para los tomadores de decisiones políticas, pues de manera sencilla muestra cómo calificamos (en términos absolutos y, quizá más importante, en relación con otros países, con los cuales competimos) en una serie amplia de variables económicas, sociales y políticas. Debería servir de guía para las autoridades y la ciudadanía en general — desde el Ministerio de Planificación, hasta la Asamblea Legislativa, pasando por las asociaciones empresariales y laborales del país— a efecto de centrar la atención en la identificación de las medidas necesarias para hacer de nuestro país una nación más avanzada, como merece.

Esperamos que como requisito para un eventual ingreso de Costa Rica a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y con el apoyo de entidades como CLACDS e Incae, muchas de las deficiencias reflejadas en el índice global de competitividad sean subsanadas y que, cuando notemos las ventajas, no permitamos un retroceso. Sería una gran lástima desaprovechar el diagnóstico contenido en el informe.