Editorial: Afirmación incompleta

El consejo de cambiar de actividad ofrecido por el vicepresidente Stephan Brunner a los exportadores afectados por el tipo de cambio omite varios aspectos de gran relevancia

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Las empresas exportadoras dependientes de un tipo de cambio “muy depreciado” deberán reconsiderar su actividad si no logran ser rentables al tipo de cambio actual, afirmó el primer vicepresidente, Stephan Brunner, para asombro de los afectados y de un amplio sector de economistas.

Las declaraciones del vicepresidente están incompletas en varios aspecto relevantes. La caída en rentabilidad no solo obedece a la revaluación del colón, sino también al aumento del precio interno de los insumos, incluida la mano de obra, durante los últimos años. La frase de Brunner sería más precisa si se refiriera a empresas incapaces de mantener su rentabilidad al tipo de cambio de hace una década con los costos de la actualidad.

Por ejemplo, el fortalecimiento del colón convierte a Costa Rica en el país con mayor salario mínimo en América Latina, medido en dólares. El salario nacional es un 56 % superior al de México y un 105 % más alto que el de Colombia, dos de los más cercanos competidores en todos los ámbitos.

Pero la frase seguiría incompleta si no incluye, además de las empresas exportadoras, a las productoras de gran variedad de bienes destinados al mercado local. La competencia extranjera, como es obvio, se abarata con cada avance del colón y afecta la rentabilidad del empresario nacional.

Para redondear la afirmación, el vicepresidente debería incluir alguna consideración sobre las empresas de zona franca, que podrían cambiar de ubicación antes de “reconsiderar su actividad”. Si el tipo de cambio les impide ser rentables, ese efecto se limita a Costa Rica, y en otro país bien podrían recuperar la rentabilidad.

Claro está, el turismo es exportador de servicios y, desde esa perspectiva, se justificaría no mencionarlo por aparte, pero, siendo una actividad de tanta importancia, merece trato diferenciado. Costa Rica compite con el mundo para atraer viajeros, pero corre el riesgo de verse afectada por los precios locales. También sufre la oferta de servicios turísticos al mercado interno, una fuente de ingresos indispensable en la temporada baja. La competencia extranjera no es solo por el turismo internacional, y el 2023 estableció un récord de viajes de ticos al extranjero (1.251.000). En solo nueve meses, entre enero y setiembre, los nacionales gastaron $1.060 millones en otros países.

La expresión del vicepresidente sería mucho menos equívoca si contemplara alguna alusión al tipo de actividad alternativa sugerida a los empresarios. Es difícil imaginar la reconversión del turismo, con infraestructura tan específica y costosa, a una actividad distinta y rentable al tipo de cambio de hace una década, pero con los costos de la actualidad.

Lo mismo puede decirse de los demás emprendimientos, salvo los que simplemente podrían empacar y partir, como los dedicados a los servicios basados en conocimiento. El país ha tardado décadas en acercar empresas de esta categoría, atraídas por la calidad y costo del talento disponible. Si la relación entre esos factores cambia, el traslado a un mejor escenario resulta fácil y rápido porque no hace falta mover maquinaria ni encontrar destino a inmuebles generalmente alquilados. Eso sí, una vez que tales empresas se van, es muy difícil recuperarlas.

El vicepresidente debería explicar cuánto tiempo estima necesario para hacer la reconversión impulsada por el tipo de cambio y cómo se sustituirá la producción perdida durante el proceso. También las razones para confiar en la recomposición del tejido productivo destruido en el ínterin.

Pero para quedar completa, la intervención del alto funcionario debe incluir, muy especialmente, el efecto sobre el empleo y los trabajadores. Frente a ellos, no vale reclamar la supuesta imprevisión imputada a los empresarios cuando les reclamó no acumular reservas durante las “vacas gordas” del dólar fuerte. ¿Qué actividades alternativas tiene contempladas para quienes pierdan sus empleos? Vale recordar que el país ha perdido 137.000 puestos de trabajo en los últimos 12 meses.