Economía y la ‘Sele’

Muchos negocios construidos alrededor del Mundial significarán salida de divisas, pero las entradas de capital son elevadas, así como las reservas monetarias internacionales

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¿Por qué compiten con tanto ahínco las naciones del mundo por ser sede del Campeonato Mundial de Fútbol? Hay muchas razones: prestigio, disfrute, solaz y esparcimiento para los aficionados, cobertura mundial, aprendizaje deportivo y, desde luego, hay razones de carácter económico, muy importantes para todos los competidores. Costa Rica en algo se beneficiará del Campeonato Mundial a celebrarse en Brasil en el 2014. ¡Enhorabuena!

Los campeonatos del principal deporte mundial, organizados por la FIFA, tienen la fuerza de un imán. Al concitar a las mejores selecciones y los mejores jugadores del momento, luego de intricados procesos regionales de carácter eliminatorio, arrastran el interés de miles de aficionados de todas las partes del mundo. Eso implica flujos importantes de turismo hacia la sede, pero, además, se estimulan otras actividades empresariales y comerciales vinculadas directa o indirectamente con el deporte, no solo en la sede, sino también en otros países. Y eso es, precisamente, lo que podría suceder en Costa Rica tras la clasificación a la justa de Brasil 2014.

No es difícil imaginar que un gran número de costarricenses decidirá apoyar a su Selección, que se ha desempeñado con gran holgura deportiva durante la hexagonal. El entusiasmo de los ticos se puede palpar a simple vista, y muchos harán lo propio para asistir a los estadios donde compita la tricolor. Pero, además, Brasil tiene un atractivo adicional por ser uno de los países con más belleza exótica en Latinoamérica. Eso lo saben muy bien las agencias de viaje y de turismo, y harán todo lo posible para organizar lo propio de su oficio: ventas de pasajes, hospedaje, excursiones en territorio brasileño, espectáculos y, desde luego, la venta de entradas a los partidos, todo lo cual dejará en cabeza de los empresarios nacionales comisiones bien ganadas. El Instituto Costarricense de Turismo considera que el mes del Campeonato y los anteriores serán una especie de temporada alta, que también se podría aprovechar para promocionar el país como destino turístico.

Claro que mucho de los negocios construidos alrededor del Campeonato significarán la salida de divisas –pasajes de avión, hoteles, entradas, excursiones, alimentación y demás– y, por tanto, son beneficios que principalmente se acreditan las empresas receptoras en el exterior. Pero en esta ocasión no nos preocupa la salida de divisas, a pesar del déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, porque las entradas de capital son elevadas y, también, por el holgado porcentaje de reservas monetarias internacionales (RIN) que tiene en sus arcas el Banco Central de Costa Rica (BCCR). Más bien, un incremento del turismo deportivo contribuirá a disminuir la apreciación cambiaria del colón.

En el plano interno, sin embargo, florecerán otros negocios alrededor de los eventos deportivos cuyas ganancias se quedarán en el país. En entrevistas conducidas por este periódico la semana pasada, algunos empresarios destacaron que, desde ya, se están preparando para el Campeonato Mundial. Empresas comerciales especializadas en la importación y venta de electrodomésticos visualizan mayores colocaciones de pantallas y televisores, radios de tecnología avanzada, computadoras y tabletas capaces de transmitir los partidos en tiempo real. Los propietarios de bares y restaurantes, así como productores de comidas y bebidas de todo tipo, insignias y demás parafernalia, también aprovecharán la ocasión para incrementar sus ventas. Los bancos financiarán clubes de viajes, créditos personales para esos mismos propósitos y, también, la adquisición de bienes duraderos.

Las mayores ventas de bienes y servicios traerán consigo más demanda de trabajadores, contribuyendo así a paliar, aunque modestamente, el desempleo, que ha alcanzado niveles elevados, y también a mejorar los niveles de pobreza, todo por la gran simpatía que tenemos los costarricenses por un deporte que ha llegado a ser muy querido y consentido. Se sabe, desde luego, que esos estímulos económicos serán de carácter temporal y pasajero. Pero el país debe interpretar esta coyuntura como un gran reto para que nuestra presencia en el Mundial sea, ojalá, de carácter permanente.

No quisiéramos concluir este comentario sin felicitar efusivamente a cada uno de los jugadores del conjunto nacional, al igual que al director técnico y a todos sus colaboradores, por su eficiente labor. Sin su entrega, coraje y destreza, la participación de Costa Rica en el próximo Campeonato Mundial no habría sido posible.