Doble golpe a la paz mundial

Los conflictos de Gaza y Ucrania podrían escalar a confrontaciones mayores y poner en peligro la paz mundial

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En los últimos días, el terrorismo ha mostrado su infausto rostro en Ucrania y Gaza con golpes ominosos a la paz y la democracia en el planeta. El jueves, un vuelo diario de Malaysia Airlines, procedente de Holanda en ruta a Kuala Lumpur, fue blanco de un poderoso cohete lanzado desde tierra cuando volaba sobre territorio ucraniano. El impacto destrozó en el aire la moderna nave que llevaba 300 pasajeros, incluidos los pilotos y el personal de cabina.

Naturalmente, el suceso generó dolor entre los parientes y amigos de las víctimas. Además, el público en todo el mundo se solidarizó con los dolientes. Por su parte, la prensa internacional de inmediato formuló preguntas básicas a las autoridades de Ucrania y Malasia, y a los operadores de la aerolínea: ¿qué podría haber motivado el disparo del cohete?, ¿quiénes fueron los autores y padrinos de ese trágico hecho?

Estas y otras interrogantes similares persisten. No han tenido respuesta, aunque los hilos de la trama lentamente se perfilan. La ruta del vuelo pasaba por la zona oriental de Ucrania, convulsa por insurgentes pro rusos alentados por Moscú, de donde también reciben armas y entrenamiento. Asimismo, los separatistas son posibles responsables del derribo de varios transportes militares en días y semanas previas.

Sumemos también a este horizonte dos hechos claves, empezando por el origen ruso del cohete causante de la explosión. Este misil lo continúa fabricando la empresa exsoviética que estuvo a cargo de su diseño en tiempos del imperio comunista. El segundo es que el presidente ruso, Vladimir Putin, gusta de meter las manos en conflictos del exterior que, de alguna manera, incrementan su influencia y popularidad. Uno de estos episodios fue la anexión rusa de Crimea. A su vez, en el esquema del Kremlin, Ucrania debería permanecer en la órbita rusa y ajena al Oeste.

Volvamos a Gaza, una franja costanera de la que Israel se separó en el 2005. Poco tiempo después, en una elección competida con Fatah, los votantes se volcaron al grupo terrorista palestino Hamás. De ahí en adelante, Gaza fue base de operaciones contra la población civil de Israel y motivador de guerras abiertas con el Estado judío en el 2008 y el 2012. Ahora, dotado de miles de cohetes enviados principalmente por Irán, Siria y Sudán, Hamás se ha empeñado en el lanzamiento masivo de misiles contra los mayores centros de población israelíes. La respuesta hebrea era insoslayable.

En el curso de la actual crisis, hubo una especie de desfase entre quienes realmente dirigían las operaciones y aquellos que exponían el pellejo. Esta división obedece a que los máximos jefes de la guerra y la paz en Gaza se han mantenido a resguardo en un lujoso hotel de Qatar. Por supuesto, los militantes de menor rango han permanecido en Gaza, escondidos en incómodos túneles subterráneos.

Hamás tiene amplias credenciales terroristas fundadas en una multitud de acciones violentas. En la actualidad, ha sido claro que los jefes están dispuestos a enviar a la muerte hasta el último palestino de Gaza. La intensa campaña aérea de Israel ha persuadido a los viejos y nuevos amigos de Hamás de que es hora de negociar el final del capítulo. Pero otras son las órdenes de los jefes en Qatar.

Cabe destacar cómo Putin se ha mantenido frente a la ruleta tanto en Ucrania como ahora en Gaza. También debemos señalar que los dos conflictos podrían saltar a confrontaciones mayores y poner en peligro la paz mundial. Si cada uno, por separado, fuera capaz de desestabilizar escenarios mucho mayores, pensemos en el impacto global de una escalada simultánea.

Por ello, creemos que un arreglo diplomático, aunque fuera solo en uno de los dos casos analizados, alentaría una perspectiva más optimista del futuro inmediato del planeta.