Continente de sueños frustrados

El examen frío de la larga lista de naciones del área revela una maraña de cleptocracias

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Por mucho tiempo, el continente africano no ha cesado de generar esperanzas de riquezas y, ojalá, de libertad para dignificar a sus habitantes. Esta ha sido la agenda reiterada de infinidad de Gobiernos y foros que han proclamado el potencial de la democracia para el inmenso continente.

Lamentablemente, el producto de esas jornadas ha resultado, en una mayoría de casos, en la degradación de aquellos sueños dorados. El examen frío de la larga lista de naciones del área revela una maraña de cleptocracias, así como también de explotadores de los tesoros aún vírgenes y ocultos en el monumental ambiente africano.

La triste realidad es que países dueños de inmensos tesoros naturales han caído bajo la férula de sargentones y vulgares matones. Difícil sería olvidar a Idi Amín Dada, a Bocasa y a una prolongada nómina de déspotas que florecieron durante o después de la Segunda Guerra Mundial.

Aun hoy, al cabo de décadas dominadas por las actuaciones de la ONU, y la consiguiente multiplicación de subsidiarias de la burocracia internacional, no hay filtro capaz de detener a un sinnúmero de sargentos y políticos inescrupulosos que ascienden a las altas esferas de países novatos en las tareas del Gobierno y desconocedores de las barreras institucionales propias de las democracias.

Ejemplos van y vienen, pero hoy tenemos un caso hecho a la medida. A inicios del presente mes, la Unión Africana (UA) celebró una cumbre en Addis Abeba, capital de Etiopía. Uno de los principales acuerdos fue pedir la prohibición del enjuiciamiento de presidentes o jefes de Gobierno africanos en funciones.

La Corte Penal Internacional, domiciliada en La Haya, está próxima a enjuiciar a Uhuro Kenyatta, presidente de Kenia, y a un grupo de oficiales a quienes se les atribuye la comisión de crímenes contra la humanidad.

Los crímenes atribuidos a Kenyatta y sus lugartenientes ocurrieron en el 2007, cuando al dirigente se le acusó de estar detrás de los desórdenes provocados por antagonistas étnicos a raíz de las elecciones nacionales de ese año. Esos hechos causaron más de 1.200 muertes

El presidente de la UA afirmó que la Corte Penal Internacional discrimina contra los dirigentes africanos. En realidad, de los casos bajo procesamiento en la actualidad (8), la mitad son contra africanos. La UA ha urgido a Kenyatta a no apersonarse en el juicio. Asimismo, anunció que se le pediría al Consejo de Seguridad de la ONU suspender el proceso por un año.

Representantes de organizaciones a favor de los derechos humanos en Kenia promovieron protestas por la petición de impunidad temporal para Kenyatta. También plantearon acusaciones de falsificación de pruebas y fustigaron a la cumbre de la UA.

Dados los antecedentes de otras figuras que presiden naciones africanas, sería remoto que a Kenyatta se le aplique del todo el enjuiciamiento en su país. En el momento oportuno, habrá otras funciones de naturaleza internacional donde Kenyatta encuentre refugio. Lamentablemente, esas son la realidades de la justicia cuando se aplica a los gobernantes en África.

El sueño de una justicia legal y democrática en una nación africana todavía forma parte del ideario frustrado en ese continente.