Claridad en la CCSS

La clausura de seis quirófanos del San Juan de Dios y la posibilidad de un déficit de ¢41.000 millones siembran inquietud sobre la CCSS

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¿Por qué fue necesaria la decidida intervención del Ministerio de Salud para dar la razón a los médicos del San Juan de Dios sobre el calamitoso estado de seis salas de cirugía? ¿No estaba la inspección de la infraestructura en sus propios hospitales al alcance de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS)? ¿Difieren la Caja, los médicos y el Ministerio sobre las condiciones mínimas de un quirófano?

Salud cerró las seis salas de cirugía donde las paredes filtran agua, los cielorrasos exudan humedad, los cables eléctricos representan un serio riesgo y el sistema de aire acondicionado tiene dos décadas a cuestas. Los médicos venían advirtiendo la calamidad desde hace tiempo, pero no fueron escuchados. Entonces, se negaron a hacer cirugías programadas. La medida afecta a 14.039 pacientes en lista de espera, pero la Caja no dejó alternativa. Los médicos deben velar, en beneficio de los pacientes, por las condiciones de los quirófanos.

Según la carta suscrita por 18 jefaturas médicas del Hospital, además de los problemas apuntados, los vestidores y sanitarios son “insalubres”, un juicio de especial gravedad dada la materia de que se trata y la autoridad de los firmantes. La Caja, sin embargo, minimizó las protestas y criticó la actitud de los médicos, acusándolos de lesionar “el principio de continuidad de los servicios”.

A renglón seguido, la entidad admitió conocer la situación de los quirófanos desde el 2007 y recordó a los médicos, tan impacientes, que los proyectos de mejora del San Juan de Dios están en pleno desarrollo. La remodelación de los quirófanos está programada para dentro de año y medio. Si la programación de la Caja no varía, la institución resolverá el urgente problema en unos seis años a partir de la fecha en que conoció de su existencia.

La intervención del Ministerio de Salud podría sacar a la Caja de su parsimonia. El 10 de marzo, el Ministerio ordenó clausurar seis de las quince salas de operación del Hospital, con lo cual dio la razón a los médicos y puso a la Caja en jaque. La institución se ha lanzado a una apresurada búsqueda de soluciones temporales, incluida la posibilidad de utilizar quirófanos de hospitales cercanos, pero el incidente dice mucho de los problemas de la seguridad social en el país.

El caso de los quirófanos del San Juan de Dios salta a la vista casi simultáneamente con la revelación de una auditoría interna que prevé un déficit de ¢41.000 millones este año. La falta de liquidez, según los auditores, podría poner en riesgo los servicios de salud. El estudio echa de menos “suficientes acciones de la Gerencia Financiera' para enfrentar el panorama financiero actual”. Las deudas con los proveedores, el déficit proyectado y la deuda estatal de ¢110.000 millones “reflejan que la Caja Costarricense de Seguro Social se encuentra en una situación financiera que debe ser subsanada en forma inmediata e impostergable”, concluye la auditoría.

Al informe le falta debate, y la posible relación entre sus hallazgos y las deficiencias de infraestructura en el San Juan de Dios no ha sido establecida, pero la Caja viene dando señales inquietantes, que no se restringen a los servicios de salud. El debate en torno al régimen de pensiones –invalidez, vejez y muerte– también ocupa un lugar central en la agenda nacional y es objeto del análisis de una comisión legislativa.

La institución debe hablar claro, desplegar esfuerzos para disipar las dudas y señalar los problemas. El caso de los quirófanos y la extrema intervención del Ministerio de Salud no indican la voluntad de hacerlo.

La función de la CCSS en la sociedad costarricense y las expectativas cifradas en ella ameritan absoluta transparencia.