Central Directo

Bien entendida, la propuesta de restringir la captación de depósitos electrónicos del público en Central Directo puede ser beneficiosa

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Una cuidadosa lectura de la consulta pública formulada por el Banco Central para restringir la participación de particulares en el mecanismo de captación de depósitos electrónicos en el portal de Central Directo nos merece una opinión favorable, pero sujeta a ciertas cautelas.

En principio, los bancos centrales son bancos de bancos y otras entidades financieras. No están diseñados para hacer operaciones comerciales con otros particulares, el Gobierno ni sus instituciones, salvo las pocas transacciones expresamente autorizadas por la ley y los reglamentos, como el financiamiento temporal y extraordinario del presupuesto nacional mediante las denominadas letras del tesoro, y ciertas operaciones cambiarias.

El fin principal del Banco Central es controlar la inflación y, para ello, tiene la potestad de emitir dinero y controlar la liquidez y el crédito. Debe expandir la liquidez en una proporción que guarde relación con el crecimiento real de la producción (en función de la demanda de dinero), y estar dispuesto a captar los recursos necesarios para evitar que un exceso de circulante ponga en entredicho las metas de estabilización, incluyendo las variaciones en el índice de precios al consumidor (IPC) y el tipo de cambio. Puesto en términos de un sabio refrán popular, ni tanto que queme al santo ni tan poco que no lo alumbre.

En el pasado, el Banco Central se apartó muchas veces de sus fines esenciales al asumir obligaciones que no le correspondían y crear más liquidez de la necesaria, incluso con su participación en el mercado cambiario. Se generó más inflación y aumentaron las pérdidas de operación del Banco, obligado a captar el exceso de liquidez mediante la emisión de bonos de estabilización monetaria y otros títulos que devengaban intereses. Parte de los instrumentos creados para la captación de depósitos del público fueron los Depósitos Electrónicos a Plazo en el portal de Central Directo y el servicio de Captación de Fondos Sinpe, hoy en consulta pública. Pero no se desarrollaron bien los mecanismos de transmisión de la política monetaria.

En tiempos más recientes, las cosas comenzaron a cambiar. El Banco Central decidió incursionar más directamente en el mercado de dinero de corto plazo –como hacen los bancos centrales más modernos y eficientes– desarrollando el mercado integrado de liquidez (MIL) para controlar la cantidad de dinero en circulación en la economía, y utilizando las variaciones en las tasas de interés como instrumento principal de la política monetaria. También decidió flexibilizar más su política cambiaria para disminuir la emisión no programada de colones y poder migrar al esquema de metas explícitas de inflación ( inflation targets ). Todos estos mecanismos, sin embargo, están en proceso de mejoramiento.

Y aquí es en donde engarza la propuesta de restringir la captación de depósitos electrónicos del público en Central Directo. Bien entendida, la decisión no sería para disminuir la captación ni restringir las potestades del Banco Central en materia monetaria, sino, más bien, para fortalecer el MIL, donde participa más directamente esa institución, y asegurar que las tasas de interés de corto plazo funcionen efectivamente como el principal canal para transmitir las señales de la política monetaria. Si el Banco necesitara endurecer (o suavizar) su política monetaria, podría incrementar sus tasas de interés de política monetaria, además de usar los instrumentos más tradicionales, como los denominados “encajes”. Por eso creemos que, en principio, la propuesta consultada, de implementarse, sería una buena decisión.

Sin embargo, la Junta Directiva del Banco Central no debe contentarse con enunciar reformas relativamente sencillas de ejecutar, como la propuesta de marras. Debe avanzar más decididamente hacia la adopción de todas las reformas requeridas para controlar la inflación, incluyendo el esquema de metas explícitas de inflación anunciado en octubre del 2006. Lograr la estabilidad de precios en forma sostenible sería de una gran utilidad para el país. Como expone el propio Banco Central en su página web al definir conceptualmente el objetivo de la política monetaria: “La inflación baja y estable contribuye a preservar el poder de compra de los salarios e ingresos de los habitantes del país y facilita la toma de decisiones, favoreciendo el ahorro y la inversión y, en última instancia, el crecimiento económico”.