Cartas a la Columna: Un amigo en dos llantas

Un llamado a la conciencia y a la unión.

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Soy consciente de que como motorizado no puedo hablar por todos quienes utilizan este vehículo para movilizarse, así como no lo puede hacer un taxista o un chofer de autobús por todo su gremio. Sin embargo, según mi experiencia, la motocicleta enseña mucho más que solo mantener el equilibrio y dar gas con el puño derecho.

Al estar más expuesto al entorno, debo tener claro que el 50 % del chasis está conformado por mi cuerpo. Eso me sensibiliza de manera aguda con la carretera y los demás conductores. Me hace ponerme en los zapatos del otro, desde el sedán hasta el camión repartidor o el cisterna. De esta manera, sin contar el número de llantas de su medio de transporte, doy paso porque para mí, en un lugar hostil como son las carreteras, es más que solo un “dar campito”; da muestras de buena fe, de que la calle nos pertenece a todos y, a la vez, a ninguno; la mejor receta para aliviar un cuello de botella es la mezcla de empatía, sensibilidad y sabiduría, llamada cortesía.

Me tomo mi tiempo para contestar la publicación de Esteban Aronne Sparisci, del 27 de febrero, en este medio, donde carece —en mi opinión— del deber que todo escritor en estos tiempos carga sobre sus hombros: un llamado a la conciencia y a la unión.

Pienso que siempre hay múltiples puntos de vista posibles para un mismo evento o acontecimiento, y en este breve texto mi intención es expresarle el mío porque me enfoco en ver las cosas que nos unen como un pueblo, como un país, en una sociedad empeñada en segmentarse, una sociedad que chapotea en la orilla de los mares de la otredad.

Gabriel Piedra Castro, Cartago

¿Morirá la pulpería?

El histórico sitio de comercio y reunión en los pueblos, denominado pulpería, generalmente estaba ubicado muy cerca de la iglesia y la plaza, y vendía de todo: herramientas, ropa, candelas, canfín, medicinas, hierbas, ungüentos, comida y el infaltable licor. El dueño debía tener bien surtido el negocio y sus manos dominaban todo; era como un pulpo. Por eso, una de las explicaciones sobre el origen de la palabra “pulpería” es ese.

El cambio de diseño, forma y atención al público ha cambiado. Se habla hoy de minisúper, ya no son sitios de reunión, sino lugares fríos de poco diálogo. El complemento de las pulperías era la libreta, donde se llevaba el registro de las compras a crédito del cliente, quien a fin de mes pagaba la deuda. La libreta murió hace décadas, fue sustituida por las tarjetas de crédito, que tienen hoy a la gran mayoría de los ciudadanos pagando altos intereses y el sueldo ya casi no les alcanza para comer.

Álvaro Chaves Sánchez, Heredia

Dólares y reservas

Leí el proyecto de ley presentado por la ANEP, sobre divisas, tipo de cambio y reservas. Llegué a la conclusión de que el Banco Central ha permitido aumentos en el dólar sin existir ninguna razón para ello. Es decir, el tipo de cambio nunca debió haber subido de los ¢500 si el Central hubiera hecho uso de las enormes reservas que acumula desde hace 15 años.

Este último hecho es señal de que el país ha sido superavitario en divisas en ese largo período. En otras palabras: el ingreso de divisas siempre ha sido superior al egreso de divisas. Esa señal equivocada de que el dólar solo aumenta ha causado una falsa demanda que ha generado un aumento de inversionistas en esa moneda, cuyo negocio es la especulación, y eso trata de frenar ese proyecto.

Ivonne Acosta López, San José

Respuesta de Claro

Con respecto a las cartas de Alexánder Chaves Solórzano, del 8 de marzo, y Luis F. Barrantes López, del 11 de marzo, relacionadas con la fecha de facturación, Claro Costa Rica, en el afán de atender de inmediato a los usuarios que presenten algún inconveniente, informa que contactamos con ambos clientes de inmediato, les explicamos la situación de la fecha de pago los días 12, con su respectiva fecha de corte, y el asunto quedó aclarado.

Carolina Sánchez, vocera de Claro

Longevo Chepito

José Delgado Corrales, Chepito, cumplió 119 años el 11 de este mes. Creo que debería gestionarse su reconocimiento para un récord Guinness. El 9 de este mismo mes, una agencia internacional de noticias informó de que ese día se le otorgó el récord a una japonesa que cumplió 117 años.

Galo Vicente Guerra Cobo, San José