¡Y sí se mueve!

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La semana anterior dije que mientras el mundo cambiaba con esto del brexit y de la paz en Colombia, en Costa Rica nada pasaba. Pues bien, ¡tome chichí!, me equivoqué: algo se mueve en Costa Rica. Ese mismo día los partidos en la Asamblea Legislativa anunciaron un acuerdo sobre una “hoja de ruta” en el tema fiscal y aprobaron cuatro proyectos sobre pensiones (no incluye Poder Judicial y Magisterio). Agarraron a Varguitas cociendo elotes.

Cierto que se trató de un primer paso dentro de un proceso de negociación complejo y preñado de dificultades en el que los asuntos más gruesos de gasto e ingreso público están por verse. Sin embargo, es un paso muy significativo. ¿Qué cambió para que 57 diputados que semanas atrás no se ponían de acuerdo ni para pedir un minuto de silencio de repente pactaran?

Aunque no puedo descartarlo, encuentro poco creíble que un haz de luz iluminara al plenario legislativo y a los ministros del gobierno y todos cayeran al piso recitando el “yo pecador”.

Con mirada retrospectiva, pienso que influyeron tres factores. En primer lugar, cálculo político: varios partidos creen tener un buen chance de ganar las próximas elecciones y se dieron cuenta de que es mejor iniciar un gobierno sin una crisis fiscal abierta, una reputación internacional cuestionada y una fuerte conflictividad interna. Nadie gana en una situación así. En segundo lugar, estrategia política: el Ejecutivo cedió en su insistencia de ver primero impuestos y luego gastos. Con ello allanó el diálogo con la oposición y de paso desarmó a quienes se oponen a hablar de impuestos. Ahora todo está sobre la mesa. En tercer lugar, la conducción política: la presidencia de la Asamblea Legislativa ha sido un factor destacado.

Debo decir que cuando este columnista escribió lo que escribió estaba pensando en un tema específico: que una vez más el poderoso gremio de autobuseros ganó el pulso con el gobierno y descarriló un nuevo intento por reformar la prestación del pésimo servicio. Dije que el gobierno se bajó los pantalones y agregué, con pesar, que me extrañaba el silencio de la Aresep. Pues bien, ese día el nuevo regulador puso a una comisión, con participación del gremio de buseros, a revisar el nuevo modelo de cálculo tarifario y el cobro electrónico del pasaje trabajados por esta institución en los últimos años. Una comisión que estudie… je, je.

Mi error fue generalizar a todo el país. Aprendo de ello y reconozco que pocas cosas saben más rico que cuando la realidad lo sorprende a uno tan gratamente.