Vueltas y vueltas

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Aquella adivinanza, cuya respuesta era que el perro se echaba a la última vuelta, no creo que funcione si la planteamos en relación con el lío de la basura.

Este asunto, que en otras latitudes resuelven con pasmosa facilidad tiene a buena parte de los costarricenses confundidos y enredados cual si se tratara de una determinación trascendental para la vida nacional.

Desde finales de 1991, cuando se alertó sobre el agotamiento de la vida útil del vertedero de Río Azul de La Unión, este país ha estado al vaivén de cíclicos anuncios, propuestas de solución y reacciones de comunidades que juran dar hasta su última gota de sangre en aras de defender su "autonomía" (una proclama que deja pálidos a los líderes faccionalistas de Bosnia-Herzegovina).

Como es de esperar, si el sitio pretendido para construir un relleno es Santa Ana, pues ya veremos bloqueos, marchas y cuanto recurso legal haya en aras de impedir la obra. Todo en nombre, además, de un celoso resguardo de la ecología.

Sin que desdeñemos los alegatos de los santaneños, lo que parece un hecho es que ubicar un relleno sanitario se ha vuelto un colocho. Porque, por lo visto, todo nuestro país es un santuario ecológico y tal parece que no hay lugar donde no haya manto acuífero, cuenca hidrográfica, rutas aéreas... que proteger.

Desgraciadamente, la culpa de la reacción automática negativa de los pueblos la tienen las mismas autoridades, que no supieron manejar adecuadamente la disposición de los desechos en Río Azul, que incumplieron muchas veces las promesas de solución.

Hoy, claro, hablar de relleno es casi una herejía, algo que escandaliza tanto como invocar a Lucifer en la Basílica de San Pedro.

La fecha clave -el 12 de mayo- para cerrar ese vertedero se acerca y aún estamos en veremos. ¿Seguiremos?