Video decisivo

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El Washington Post hizo público un video del 2005 en el que se escucha una conversación entre el candidato republicano, Donald Trump, y el presentador Billy Bush. En la grabación, Trump utiliza expresiones soeces, y, sin ambages, se vanagloria de que él puede atacar sexualmente a las mujeres gracias a ser una persona famosa.

En el segundo debate presidencial, Trump se “disculpó” e intentó minimizar sus palabras caracterizándolas como conversaciones típicas de camerino ( locker room ). Últimamente, habla de una conspiración de los medios.

Como bien lo dijo Michelle Obama en un brillante discurso, tal afirmación es un insulto a los hombres decentes que sí respetan a las mujeres y jamás se expresarían así de ellas, que por cierto son la mayoría.

Concuerdo con ella: estas afirmaciones no pueden ser validadas como normales o como un capítulo de una campaña política. El video, así como una cadenilla de aseveraciones del candidato a través de la campaña, atentan, hieren e insultan a las mujeres en general, no solo a las de Estados Unidos.

En el país que nos legó a líderes de la talla de Abraham Lincoln, George Washington o Thomas Jefferson, es doloroso pensar que un candidato a la presidencia denigre a las mujeres como lo ha hecho Trump.

Esta es una demostración más de una diatriba de insultos, disminución y reforzamiento constante del estereotipo negativo hacia las mujeres, a las que valora única y exclusivamente por su apariencia física, juventud, atractivo sexual y, cuando no, como cazadoras de fortunas.

Trump es ese “macho” que cuando se siente amenazado por mujeres inteligentes no duda en responderles con insultantes adjetivos o como perdedoras por no estar con él. Es también aquel que, cuando mujeres lo denuncian por agresiones sexuales, se “defiende” diciendo que a esa mujer jamás la volvería ni a ver.

Mujeres votantes, por su amor propio y autoestima de sus hijas, amigas, y compañeras, con su voto tienen el poder de decidir cómo quieren ser valoradas en la familia, en el trabajo y en la comunidad. Hombres fuertes –de esos que Michelle Obama definió como los que no necesitan degradar a las mujeres para sentirse fuertes–, esta es una oportunidad para el #HEFORSHE. Por sus madres, hijas y amigas, piensen cuáles son los valores que mejor los representan y a quién quieren para liderar su país.