Sana crítica: Miopía internacional

La gran oportunidad para retomar el liderazgo en la región está nublada por una pobre y confusa política exterior

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En política hay que saber leer el momento, y el gobierno de Costa Rica debe hacerlo y ver la gran oportunidad que se le presenta. El presidente de los Estados Unidos conoce como ninguno, y de primera mano, las verdaderas causas de los problemas en la región.

Convencido demócrata y creyente en que los valores comunes son una poderosa arma, Costa Rica, como democracia centenaria y poseedora de una fuerte institucionalidad, tiene una oportunidad para retomar su liderazgo histórico regional por medio del ejercicio de los valores fundamentales de nuestra política exterior: paz, seguridad, crecimiento sostenible y respeto por los derechos humanos.

Nuestra carta de presentación es excelente: abolición del ejército, más de un 20 % del territorio es zona protegida, la costarricense Christiana Figueres lideró el Acuerdo de París, somos una democracia bicentenaria, somos gestores de la paz en Centroamérica gracias a Óscar Arias y promovimos el tratado de prohibición de armas nucleares con la energía de dos admiradas colegas: Elayne Whyte y Gioconda Ubeda. Somos un pequeño país con una reconocida voz mundial.

La gran oportunidad está nublada por una pobre y confusa política exterior, que no solo riñe con nuestros más esenciales valores, sino que desvirtúa nuestra credibilidad ante la comunidad internacional y nos inhibe de recuperar nuestro histórico liderazgo en la región. Acciones como la designación de una embajadora en Nicaragua y mensajes de apoyo a Cuba mandan malas señales al mundo y nos deslegitima.

Hay que entender que la ola de migrantes que huyen de la región, que dejan sus familias por la cruenta violencia, las drogas, la corrupción, la inacción de los gobiernos y la falta de oportunidades, es la razón de la terrible fuga de talento centroamericano, tan desesperado al punto de mandar en solitario, con los peligros que ello representa, a sus más preciados tesoros: los menores de edad.

En esta coyuntura están dadas las condiciones para que volvamos a asumir el liderazgo regional, máxime teniendo en el presidente Biden a quien puede convertirse en nuestro mejor aliado y, además, nuestro rol le facilita desarrollar nuevas políticas para Centroamérica y marcar la diferencia con la era Trump.

nmarin@alvarezymarin.com

La autora es politóloga.