El miércoles se cumplirá el décimo octavo aniversario de los aciagos ataques en los cuales perdieron la vida cerca de 3.000 personas y más de 5.000 resultaron heridas.
Un día que cambió el mundo en muchos sentidos: dos guerras, una de ellas, la de Irak, ilegítima. El consecuente debilitamiento de las Naciones Unidas, nuevos actos terroristas y nuevas formas de contención demandaron más medidas de seguridad y más requisitos en el comercio de bienes y servicios.
En lo positivo, cabe destacar el fervor patriótico y el heroísmo de los equipos de emergencia que se hicieron presentes; algunos sacrificaron sus vidas. También los voluntarios que apoyaron las labores de rescate, así como los trabajadores de limpieza y de remoción de escombros, una tarea titánica que demandó una gran fortaleza psicológica.
Los héroes del 11 de Setiembre que sirvieron de inspiración a toda una nueva generación de niños y niñas son desdichadamente las nuevas víctimas. La gran nube formada luego de la caída de las dos torres, mezcla tóxica de asbesto, plomo y concreto pulverizado, entre otros elementos, es la responsable de un número de víctimas casi similar a las ocasionadas el 11S.
Hay otras más entre quienes, por su cercanía, aspiraron el letal polvo y los vapores, así como las que dichosamente consiguieron salir a tiempo antes del colapso de los edificios. Quizás el ejemplo más representativo sea Marcy Borders, la de la fotografía de Stan Honda conocida como la Dust Lady, murió en el 2015. En aquel entonces, de 28 años y con un mes de trabajar, fue una de las pocas sobrevivientes del piso 81 de la torre norte para luego fallecer a los 42 de un cáncer gástrico.
Lo mismo le sucedió al oficial de policía James Zadroga, nombre que lleva la ley aprobada en el 2011 para incluir en el fondo de compensación de las víctimas del 11S a todos quienes respondieron al llamado de ayuda. Un año después se admitirían como causa de atención 58 tipos de cánceres.
Hace unas semanas, ambas cámaras del Congreso aprobaron dos nuevas ampliaciones al fondo, el tiempo para reclamar se fijó del 2020 al 2090 y se asignaron fondos frescos, pues por la demanda estaban próximos a acabarse. Se calcula que se trata de unas 70.000 personas afectadas.
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La autora es politóloga.