Relevo en la ONU

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

El 1.° de enero asumió como nuevo secretario general de las Naciones Unidas António Guterres, responsabilidad siempre titánica por los desafíos en juego, pero que se agravan ante la incertidumbre que sigue generando el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump.

El bagaje y experiencia de Guterres como ex primer ministro de Portugal y alto comisionado para los refugiados durante los últimos 10 años, en momentos en que se vive la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, lo convirtieron en favorito pese a no representar a Europa del Este, región a la que por rotación correspondía, y echó abajo los deseos de muchos, la suscrita incluida, de que se nombrara por primera vez a una mujer en ese cargo.

Guterres, cuya prioridad será “la paz”, heredará de su antecesor conflictos en Sudán del Sur, Yemen y Burundi, entre otros. Tema candente esta semana será Corea del Norte ante la respuesta de Trump vía Twitter a las amenazas del líder norcoreano Kim Jong-un, un medio cuestionable en campaña, pero más preocupante a pocos días de asumir la presidencia.

Corea del Norte, el apoyo a Taiwán y las críticas a los asuntos comercial y de divisas serán de enfrentamiento de Trump con China, uno de los cinco países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad. A Guterres le espera una ardua labor de diplomacia creativa.

Su labor más apremiante, empero, está en Siria, genocidio del siglo XXI causante de 400.000 muertes y la migración de 4,8 millones de personas desde el 2011, cifra que engrosa el número de refugiados, otra prioridad que continuará bajo el escritorio del nuevo secretario y, ante el ataque terrorista a Berlín, contará en Merkel con una aliada debilitada, que ayudó mucho a su antecesor.

Gutierres encontrará una organización que requiere urgentes mejoras, desde las administrativas (aplaudimos su visión de ir a un manejo más ágil y eficiente) hasta la incorporación de la paridad de género en los escalafones superiores y las más profundas, como es repensar una organización creada para la realidad de 1945.

Por último, si algo demostró el G-20 al enfrentar la crisis del 2008, el Acuerdo de París y los Objetivos del Milenio, es que el mundo necesita más diplomacia, un mayor esfuerzo en superar las diferencias y más multilateralismo. Ese es quizá el reto más importante del nuevo secretario general.