Radar: ¿Votos prestados?

El sólido triunfo de Carlos Alvarado en la segunda ronda electoral no habría sido posible sin los votos de quienes se inclinaron por otros partidos en la primera.

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Era obvio, pero acaba de ser documentado por una encuesta del Centro de Investigaciones y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica: el sólido triunfo de Carlos Alvarado en la segunda ronda electoral no habría sido posible sin los votos de quienes se inclinaron por otros partidos en la primera. Y como el PLN y el PUSC son los más grandes, su aporte resultó indispensable. Según sus datos, el 69 % de los electores de Antonio Álvarez Desanti y el 83 % de Rodolfo Piza migraron hacia Carlos; en números absolutos, cerca de 600.000.

¿Implica esto que ganó con votos “prestados”; es decir, un apoyo ajeno y efímero que desaparecerá muy pronto? No necesariamente. El carácter y proyección que adquiera esa adhesión dependerá, en buena medida, de qué ocurra con su ejercicio gubernamental. Por el momento hay buenas señales, pero pocas certezas.

La composición del próximo gabinete demuestra que la promesa de un gobierno nacional ha sido cumplida. Mejor aún, entre sus integrantes destacan figuras de probada competencia, trayectoria político-administrativa, probidad e independencia. Salvo pocas excepciones, estamos ante un equipo sólido, conocedor de los retos y oportunidades nacionales, dispuesto a los cambios y abierto al mundo. Con un liderazgo bien articulado y una gestión estratégica desde la presidencia, podrá rendir muy buenos frutos.

Esto último es un supuesto; no ha sido puesto a prueba, pero creo que la pasará con éxito. El gran desafío estará en una Asamblea Legislativa donde el PAC apenas tendrá 10 diputados. Con tal debilidad, lo que se obtenga de ella dependerá de dos variables críticas: la capacidad negociadora del Ejecutivo y la disposición de los otros partidos a ejercer una oposición constructiva. Son supuestos y desafíos más complejos.

Existen, sin embargo, otros elementos que el presidente Alvarado podría potenciar a su favor: el gran capital político de arranque, la autonomía de los votantes, la buena voluntad que ha generado y su capacidad de saltar sobre estructuras establecidas (ya lo hizo con el PAC) para movilizar directamente a sectores ciudadanos. Si articulara estos elementos en función de un buen gobierno, el supuesto “préstamo” de votos podría convertirse en adhesión renovadora. Es una posibilidad.

Correo: radarcostarica@gmail.com

Twitter: eduardoulibarr1

Eduardo Ulibarri es periodista, profesor universitario y diplomático. Consultor en análisis sociopolítico y estrategias de comunicación. Exembajador de Costa Rica ante las Naciones Unidas (2010-2014).